Wii U es la consola de esta generación

Querido/a lector/a de Gamelegant. Puedes considerar, tras leer este mi artículo, que puedo tener una leve locura o una esquizofrenia aguda al no compartir ni la segunda palabra de este escrito. Sin embargo, te digo, hablo muy en serio cuando afirmo que Wii U es la consola de esta generación. Y esto ha sido todo, nos vemos en próximos artículos.

No. Naturalmente voy a detallar el por qué de todo esto, pues toda consecuencia tiene una causa explicativa para poder pensar de un modo tan radical como lo hago yo. Decir, oh lector/a, que he podido probar (y tener) todas las consolas de esta actual generación (debemos de quitar de una vez el ‘new’ de delante). Comenzaba teniendo Xbox One con títulos interesantes como Ryse, Dead Rising 3 o Batman Arkham Knight. Luego decidí probar PS4 con juegos como Infamous o Driveclub (de ‘drive‘ tiene más bien poco), y, como es natural, tuve Wii U desde que ésta fuera prácticamente lanzada. Como podrás leer, mi experiencia curricular es uno de los ingredientes que me hacen ser apto para escribir este artículo que tienes en tu pantalla.

Da la casualidad que de todas estas geniales consolas (nótese la ironía) resulta que la más fea, humilde e ignorada es la que más me ha sido fructífera hasta tal punto de quererla como a una segunda hija (la primera es la 3DS). Sí, sabes que en Gamelegant soy el nintendero de a pie y eso, como es obvio, puede condicionar esta opinión. Por eso, te escribí previamente casi en negrita mi currículum en esta generación. Ahora intentemos desarrollar esta mi teoría.

Creo, mejor dicho, sé que en exclusivas Wii U es la vencedora. Sólo en este año contamos con títulos de primerísimo nivel como Captain Toad, Splatoon, Super Mario Maker, Project Zero o Xenoblade, títulos cuyas notas rozan el sobresaliente o lo rozarán como es el caso del último. Sólo con este catálogo de 2015 vence al resto de consolas en el sumatorio de sendos catálogos exclusivos. Pero, a pesar de ello, Wii U va por detrás. Por no hablar de la retrocompatibilidad, la cual estaba desde que Wii U fuera lanzada en noviembre del 2012. Contaré un chiste: resulta que aquí va una consola que te cobra por jugar a juegos de otras generaciones que ya poseías, ¿cómo se llama la consola? De verdad, para mí, es de chiste.

Es la consola más ergonómica, ligera y segura del mercado. No lo digo yo, lo dicen los datos del SAT (me he documentado, créeme). Ergonómica porque a pesar de su tamaño, tiene una buena ventilación y no hace casi nada de ruido (aunque aquí podemos meter a Xbox One, algo menos a la torpedeada PS4) El tamaño si importa, al menos a mí, pues si Wii U fuera más grandota, gordota y enormota, no tendría sitio alguno en mi modesta casa, algo que se agradece. A diferencia de Xbox One, la consola nintendera puede ser puesta en vertical, algo que siempre he agradecido y que, hasta la fecha, no logro comprender cómo es que una consola como Xbox One no pueda voltearse. De verdad que no.

Es la más barata de todas, aunque bien es cierto que ser nintendero no es un hobby barato que digamos: tenemos los amiibo, para los cuales he tenido que pedir una nueva hipoteca para poder financiar toda la colección; a continuación tenemos los mejores juegos según la prensa escrita (la de verdad), y para mantener esa calidad, sus precios son muy complicados que se abaraten con el paso del tiempo. Finalmente las ediciones coleccionistas, las cuales rozan los 50 euros (un momento, ¿50 euros? otra ventaja: el precio de un juego de Wii U recién salido del horno roza ese dinero en comparación con PS4/Xbox One cuyo precio es de 69 de salida).

Estamos exentos de actualizaciones. Naturalmente que las hay, pero no con un peso que prácticamente asemeja al de un juego completo (véase el caso de The Witcher III). Aquí se aferra al jugón de toda la vida: comprar el juego, ponerlo en la consola, ¡y a jugar! Lo que está claro es que los títulos de Nintendo brillan por el mimo de sus desarrolladores, pues no he visto título que tuviera problemas de resolución o caída de frames como bien ocurriera en otros casos como Metal Gear V en PS4 o en Dead Rising 3 en Xbox One, por citar ejemplos que se me vienen en este instante. Es lógico pensar que, sin embargo, los títulos de Wii U cuentan con un apartado gráfico inferior al de sus competidoras, es un hecho. Ahora bien, lo cierto es que el moldeamiento y las texturas que en sus juegos son aplicados tienen garantizada un alto nivel de trabajo. Aún recuerdo cuando jugué hace un par de años a Mario 3D World, como su espectacular colorido y su gran resolución era caramelo para mi vista, o tras jugar a Donkey Kong Tropical Freeze, donde el agua era un elemento muy bien detallado para tratarse de un juego plataformas en 2D. Ah, y a ver si aprendemos la lección: por favor, no remastericemos a juegos cuando salieron hace 2-3 años…gracias.

Wii U ha conseguido ella solita sobrevivir pese a las aguas contrarias de la prensa escrita de cara a infravalorarla y a tratar de eliminar todo y cada uno de sus componentes. Ha logrado mantenerse únicamente por sus exclusivos. Perdonad que vuelva a citar este hecho, pero es la principal garra de Wii U, pues como ya sabréis, la consola nintendera no tiene el apoyo de las third parties de prácticamente ninguna compañía, algo que ha hecho condenarla efusivamente. Esto es un problema si buscas juegos deportivos o de disparos. Quizás es la lacra de Nintendo en esta generación.

Vayamos al infravalorado y desinformado mando. ¿Cuántas frías noches me habrá salvado gracias a la portabilidad del mismo, tapándome hasta arriba en la cama y jugando a Mario Kart 8 únicamente con el Gamepad? Algunos, por desinformación básicamente, creen que el Gamepad es moco de pavo cuando en realidad es pavo fresco del bueno. Su peor baza es la duración de la batería, no lo voy a negar. Ahora bien, a quién no le ha pasado que ha llegado un familiar, se ha apoderado de la televisión como si de la batalla de Helm se tratara, y te ha terminado echando del salón. A mí si, compañeros. Pero gracias al Gamepad de Wii U he podido continuar jugando en otra habitación. El mando de Xbox One es el mejor del mercado, dicho, juzgado y premiado por los ingenieros de esta industria, pero ojo…ojo con el Gamepad, y más si lo acompañas del Pro Controller.

Para ir terminando este artículo, hablemos de su modo online. Hasta la fecha, y tocaremos madera, es la única que te ofrece modo multijugador gratuito, si si, gratuito. Sé que ya estamos acostumbrados -y hartos- a pagar suscripciones, ya no sólo para jugar online sino para acceder a ciertas funciones importantes de la consola, pero con Wii U eso no será necesario. De hecho con PS4, nunca pude jugar bien prácticamente ninguna partida (particularmente con PES 2015), y del sistema de mensajes o de las copiadas party ni hablemos; sin embargo, juegos como Mario Kart 8 he podido gozar -que no disfrutar- de una conexión plena, sin lag, sin caídas y gratuitamente. Eso sí, tengo el presentimiento de que con NX la cosa acabará, y mucho me temo que Nintendo adoptará esta política tal y como lo hicieron Microsoft primero y Sony después.

Concluyamos a modo de rezo: a día de hoy no logro comprender por qué Wii U está donde está. Esto es como si de pobres contra ricos se tratara: unos tienen demasiado y otras muy poco. La injusticia de esta industria es cruel y real: mientras una tiene un catálogo de exclusivos que se puede contar con una sola mano, la otra no para de abastecerse. Mientras en una se detectan fallos, sonidos aerodinámicos y ensordecedores, en otra es tan ligera y silenciosa como una pluma. Mientras una cuenta con el apoyo exhaustivo de la prensa, la otra cuenta sin el beneplácito de nadie. Me hago mayor, sensato y justo, y por ello doy gracias a quien esté ahí arriba por tener mi propia objetividad y coherencia, pues si me tengo que basar en los escritos de los demás y de las ventas numéricas, no sería hoy por hoy nintendero. Danke.