2014 fue un año muy catastrófico. Hubieron juegos rotos, bugs por todas partes, comunidades destructivas, prácticas malas que al parecer no terminarán pronto. Pero aún con todo eso, el año pasado tuvo cosas que son dignas de ser recordadas. Es cierto que yo mismo dije que 2014 no había parido muy buenos juegos, pero quizá exageré para encajar con el tono general del texto enlazado. El ciclo pasado sí me ha dejado con agradables memorias; fue un año de muchos cambios.
Para empezar, Nintendo ha vuelto a hacer videojuegos. Después de abandonar a Wii U un buen tiempo, regresaron apuntando por lo alto con Mario Kart 8, Super Smash Bros y Bayonetta 2. Más tarde nos dimos cuenta de que a los videojuegos de licencia por fin se les ha empezado a tratar bien, tras un South Park: The Stick of Truth más que memorable y fiel al material original, Sombras de Mordor y Alien: Isolation resultaron ser buenos juegos, no muy memorables quizá, pero buenos al fin y al cabo. 2014 también fue un año donde vimos el comienzo de un cambio radical en la filosofía a la hora de crear videojuegos. Aunque Valiant Hearts haya sido una de mis más grandes decepciones en tiempos recientes, muestra que en el fondo, hasta las más grandes quieren empezar a hacer cosas diferentes. El tema hubiese caído rápidamente si no hubiésemos visto experiencias como This War of Mine cobrar fuerza a finales de año.
En fin, que me alargo más de lo necesario para lo que es principalmente un Top 10. Quisiera recordar que esta lista de videojuegos es algo totalmente subjetiva. Quiero creer que jugué suficientes títulos como para llevar a cabo algo del estilo. Con un poco menos de 40 videojuegos, tuve la oportunidad de vivir muy de cerca lo que supuso 2014. Al limitar esto a solamente 10 juegos, he tenido que olvidar muchas otras cosas que igualmente he disfrutado, pero no quisiera explayarme más, así que habiendo dicho eso, empecemos con el número diez.
10) Alien: Isolation
Alien: Isolation puede que tenga un problema muy grave, y es que rumbo al final puede que se alargue demasiado. Sí, quizá el cómo estructura sus objetivos puede que resulte ser algo muy cansino, pero los demás elementos lo compensan. Además de que en muchas ocasiones tiene un ritmo muy bien diseñado que hace homenaje a la trilogía original, desde Creative Assembly han hecho un trabajo espectacular recreando una atmósfera terrorífica. Aún cuando no está presente el enemigo titular, la edición de sonido y la dirección artística dejan babeando a obras de supuesto terror como The Evil Within. Este juego entiende lo que es la tensión. El Alien, aunque no es perfecto y aprendes a cómo jugar con su inteligencia artificial después de un rato, te deja sin mover durante periodos muy largos de tiempo a la vez. Deja de ser una criatura más en el arsenal barato de una producción de Halloween y se convierte una vez más en una figura imperativa que debe ser respetada a toda costa. En años recientes se ha querido revivir al survival horror con resultados más que dudables, y aunque Isolation hace algunas cosas mal, al final entrega una experiencia formidable que te hará pasar por situaciones muy incómodas.
9) Dragon Age: Inquisition
Sí, a este juego le comparé con una botella de agua sucia en el desierto, pero desde que hice aquél artículo recapitulando las controversias de 2014, he tenido la oportunidad de seguir jugándolo y me he encontrado con una experiencia sólida y muy disfrutable. La historia de Inquisition está muy bien escrita; no, lo pondré en otras palabras: la historia de Inquisition se siente real. Las tramas políticas son unas que siempre me han fascinado, porque además de que pienso que son necesarias para que el medio pueda ser tomado como algo serio, siempre ha habido algo que me ha gustado de ellas, quizá sea que parezcan dramas baratos de televisión llevados a un tono creíble. Esta entrega de Dragon Age, gracias a unos personajes que son muy naturales y un sistema que te deja ampliar la orden de la Inquisición de una manera orgánica, terminan haciendo de este videojuego algo muy recomendable. No me suelen gustar los juegos que apuestan por convertirte en el chico de los recados, porque a menos de que tengan un objetivo de meta-narrativa como Bioshock, me suelo alejar de estos títulos pues pueden resultar repetitivos y aburridos a las pocas horas, no obstante, Bioware entiende la importancia del contexto, y es por eso que absolutamente todo lo que haces aquí, lo llevas a cabo pensando en la orden que controlas; lo haces pensando en las reacciones de los personajes que te rodean; lo haces pensando en qué resultados tendrá para la guerra mayor que se está librando entre todas las facciones presentes en este universo. Dragon Age: Inquisition nos enseña que las guerras no siempre tienen que ser luchadas a grandes escalas; el mundo es de las relaciones, y en este juego debes ayudar al pueblo si quieres que apoyen tu cruzada.
8) Child of Light
Esta entrada en el top no la venía venir yo mismo. Odié Valiant Hearts. Su conservadurismo a la hora de diseñar su jugabilidad y narrativa me hizo perder la fe en que había redención para Ubisoft. The Great War fue un quiero pero no puedo; fue un fracaso a la hora de llevar a cabo su objetivo. Sin embargo, hace poco tuve la oportunidad de completar Child of Light y fue algo totalmente diferente. Patrick Plourde entiende lo que significa transmitir mediante la jugabilidad. Far Cry 3 fue un comentario muy inteligente sobre la demencia y la locura, que si bien tomaba muchas claras influencias de Apocalype Now, se basaba mucho en el simple hecho de qué significa darle un arma al jugador y soltarlo en un sandbox con muchísimas oportunidades. Este director se ha ganado mi confianza, y esta producción cuasi-indie sigue anotando en todos los puntos correctos. Child of Light es una obra que se trata de una niña que debe madurar para poder vencer al mal y ser feliz para siempre. Es un cuento de hadas simple e inocente que usa rimas en vez de diálogos, que usa una dirección artística dibujada a mano bellísima en vez de fotorrealismo. Si sus méritos artísticos no son suficientes, cabe destacar que este juego hace un muy buen uso del medio. Al igual que en la aventura de Jason Brody, Plourde se fija en un elemento que muchos pasamos por alto en este tipo de videojuegos y lo usa a favor de la narrativa. El que Aurora suba de niveles mientras va avanzando en la historia transmite muy bien la transformación del personaje. En el curso de la trama, la protagonista pasa de ser una niña que desea llegar con su padre para encontrar protección a una figura independiente que puede lidiar con lo que sea que se le presente en frente. Mientras que videojuegos como el reinicio de Tomb Raider quieren hacer de esa transición algo limitado a solamente las cinemáticas, Child of Light abraza con cariño sus virtudes lúdicas y para cuando llegas al final y Aurora ha desbloqueado todas esas mejoras, habilidades y equipo, se siente natural que se haya transformado en una niña fuerte.
7) The Sailor’s Dream
El año pasado, el sector móvil ha estado muy activo, con un Monument Valley muy bien diseñado, un Framed que gozaba de unos puzzles muy originales y un 80 Days que adaptaba muy bien al medio interactivo la clásica obra de Jules Verne, jugar en iOS de pronto se ha vuelto en algo serio. Sin embargo, a pesar de todos los grandes juegos de 2014, me decanto por la nueva creación de uno de mis desarrolladores favoritos: Simogo. Simon Flesser es un genio a la hora de hacer uso de este arte tan único. Si Device 6 usaba la meta-narrativa y la auto-referencia para crear una historia muy interesante que te hacía pasar un muy mal rato porque nunca estabas seguro sobre en dónde estabas o quién estaba manipulando los hilos, en The Sailor’s Dream cambian muchísimo las intenciones. Es cierto que quizá este juego termina demasiado rápido, y que quizá una hora más de material hubiera beneficiado a la historia, pero este pequeño estudio independiente demuestra que se pueden contar historias realistas y pacíficas en un medio tan obsesionado por volver al desafío y la aventura en algo tan central a sus ideas básicas. En este juego vas descubriendo poco a poco, mediante la interacción, los textos, las imágenes y el sonido, la historia sobre una niña que quería ser marinera, un marinero que ha sufrido durante toda su vida, y una mujer que anhelaba la paz pero que jamás la encontró. Este videojuego trata muchos temas reales, reflexivos e importantes en apenas dos horas y sin parecer pretencioso en el camino. Mientras que a Device 6 lo recordaré por siempre como una experiencia muy enervante, a The Sailor’s Dream lo caracterizaré en mi mente como algo muy relajante y desenfadado. Uno de los temas principales de esta obra es el escapismo; el huir de la vida y sus desafíos para encontrar paz en alma y cuerpo, y al igual que los personajes desean hacer eso, lo más probable es que tú también lo estés haciendo al disfrutar de la dirección artística y la música. Sigo prefiriendo la creación anterior de este estudio, pero The Sailor’s Dream se gana este puesto porque explora en mayor profundidad una clase de narrativa única al medio que demuestra que tiene muchísimo potencial escondido.
6) P.T.
Si bien dije que Alien: Isolation logra crear una tensión muy única, P.T., el teaser jugable de Silent Hills, demuestra ser el maestro en esto. P.T. rompe con muchísimas tradiciones del diseño de niveles para brindar un videojuego que de verdad da miedo. Sabes que te enfrentas a un buen juego de terror psicológico cuando lo único que puedes hacer es pausar el título para no tener que lidiar más con lo que estás interactuando. P.T. te deja en un pasillo durante menos de una hora, y en ese tiempo te hace desear que jamás lo hubieses descargado. Al romper constantemente todas sus reglas y aparentes sistemas de lógica, nunca sabes lo que puede salir de ese pasillo la próxima vez que cruces la puerta. En una ocasión todo puede estar tranquilo, la próxima vez quizá sólo veas un cambio o dos en las paredes, en la tercera de pronto te encuentras corriendo en un pasillo interminable, en la cuarta estás evitando encontrar a un fantasma, y quizá en la quinta regreses otra vez a un pasillo normal porque a Kojima se le ha antojado. Sigo manteniendo que la variedad mató a The Evil Within, pero hay una diferencia clave: en el juego de Mikami te hacen cambiar de escenario, enemigos y hasta sub-trama mientras que en P.T. recorres el mismo lugar que conoces como la palma de tu mano… solamente que en realidad… no lo conoces.
5) Nidhogg
A diferencia del resto de videojuegos en este top, Nidhogg es una experiencia totalmente lúdica, pero no por eso peor. Aunque estaba a punto de meter a Super Smash Bros en esta entrada, al final me he decantado por la creación de Messhof por una simple razón: es algo diferente. Lo verdaderamente impresionante de Nidhogg es su excelente diseño en todas sus capas. La simplicidad reina en este juego: el pixel-art es minimalista, la música no varía mucho y las mecánicas no son muy profundas, no obstante, es precisamente esa simplicidad lo que lo convierte en algo tan asombroso y ridículamente divertido. Es un juego que no tiene un listón alto de dificultad; un botón sirve para atacar, el otro para saltar y el resto son para moverte. Y aunque hayas descubierto los diferentes combos y oportunidades con esos controles, es una obra muy accesible para todo el público. Puedes jugar una partida con cualquiera de tus amigos y ambos terminarán teniendo una experiencia agradable. Es un neo-arcade que sabe las reglas básicas del género: el tiempo de respawn es muy corto, así invitando a la adicción inmediata; el objetivo es claro: debes llegar al otro lado de la pantalla, no desperdicia tiempo en desviarte por un sistema de puntuación ambiguo; los movimientos son milimétricos y precisos, así que si pierdes no sientes que ha sido por culpa del diseño de niveles, sientes que fuiste tú quien lo ha estropeado. Nidhogg sigue muy bien las 3 reglas básicas del juego mecánico, y gracias a eso y a una idea tan original como lo es el esgrima, nos brinda horas y horas de gritarle a tus amigos por haber perdido o haberles ganado en una competencia de coordinación mano-ojo.
4) South Park: The Stick of Truth
Me encanta South Park. Me encantan los videojuegos. Adoro South Park: The Stick of Truth. Los trabajos lúdicos basados en la infame serie de televisión siempre han tenido una calidad muy dudable. Ahora, gracias a que Trey Parker y Matt Stone han decidido unirse al equipo de desarrollo desde una etapa muy temprana, hemos recibido un videojuego más que memorable. The Stick of Truth es un homenaje a todo lo que representado la serie a través de los años. Puedes visitar el pueblo de South Park y encontrar a todos los personajes de la serie, puedes hallar referencias a viejos episodios y tiendas que han aparecido en momentos míticos del show. El humor es una combinación perfecta entre los chistes infantiles de las primeras temporadas y la crítica social que tanto ha caracterizado las últimas. Pero este videojuego verdaderamente destaca porque sabe usar el lenguaje del videojuego en varias ocasiones para hacer chistes elaborados; cuando Jimmy el tartamudo empieza a hablar y se queda sin terminar sus oraciones, automáticamente en pantalla aparece un botón para saltarte eso; porque este juego es un RPG, al ponerte la ropa de emo aparece en tus estadísticas que has perdido carisma y fe en la humanidad. Quizá como juego de rol no tenga mucha profundidad, pero Obsidian ha trabajado lo suficiente en el como para hacernos vivir una aventura muy agradable y divertida.
3) The Banner Saga
¿Qué haces cuando toda esperanza se ha perdido? ¿Te rindes y esperas a que la muerte lentamente llegue a ti? ¿O lucharás para seguir adelante sin importar qué mientras intentas aferrarte a la idea de ver el amanecer de un nuevo día? The Banner Saga es un viaje muy deprimente que va sobre ser líder en tiempos de crisis. Al igual que los protagonistas, el jugador de pronto llega a un escenario donde rápidamente le piden que debe encargarse de un pueblo grande y hacer decisiones en base a sus necesidades. No es fácil. Eres un líder, pero no sabes qué es lo que supuestamente debes hacer a continuación. Cuando estás viajando, deberás hacer decisiones muy arriesgadas como el dejar entrar a tu clan a dos personas que puede o no que traigan comida; deberás ser fuerte a la hora de expulsar a gente de tu cruzada si es que están causando muchos problemas; quizá tengas que decidir entre entrenar gente para poder sobrevivir en batalla o comprar comida para que no se mueran por hambre; cuando entras en batalla, deberás decidir cuál es la mejor estrategia para llevar a cabo. Sin embargo, a todo esto nunca hay una respuesta correcta. Si hay gente que muere, sabes que es por tu culpa, tienes grabado en fuego que la razón del por qué no hay comida se debe a tu mal manejo de recursos; se debe a que eres un mal jefe de grupo. Y ese mensaje sigue ahí en las fases de combate, porque aunque parezcan estar separadas del resto del juego, es aquí cuando debes demostrar que eres lo suficientemente fuerte como para liderar; si ganas, sientes que te has ganado la confianza de todos, pero si pierdes, es ahí cuando sientes una impotencia enorme y sabes que la gente no puede seguir adelante con alguien como tú a la cabeza. Absolutamente todos los elementos de este videojuego están enfocados a hacerte sentir así: la dirección artística es lúgubre y usa muchos azules para transmitir frío y la música usa muchos violines y percusiones para evocar tristeza. Sin embargo, la jugabilidad, historia y apartado audio-visual, igualmente buscan darte esperanza, decirte que no todo está perdido y que puede que haya un rayo de optimismo escondido en todo este desastre.
2) The Wolf Among Us
Aunque The Walking Dead me había encantando, desde un principio no tenía muy claro el qué iba a suponer The Wolf Among Us. Pensé que sería una copia de TWD y que Telltale intentaría cosechar de su éxito previo para así asegurar muchos premios más. Sin embargo, en cuanto acabe el primer episodio sabía que esto sería algo muy diferente. Tengo una especie de fetiche con las historias de detectives, quizá sea que sus narrativas complicadas parecen un truco de magia: al comienzo te presentan una situación normal, después todo se complica y no sabes qué está pasando, al final hay una sorpresa, pero no sabes exactamente qué ha sucedido. The Wolf Among Us, además de manejar muy bien su misterio haciendo que estuviera al borde de mi sillón al final de cada escena, logra hablar sobre temas maduros y hasta tabú para la sociedad. Todo The Wolf Among Us es un comentario sobre los diferentes estratos sociales, la economía y qué supone la relación entre el pueblo y el sistema de gobierno. Este videojuego nos enseña a nunca saltar a conclusiones muy rápido porque no todo es lo que parece a primera vista. A través de su protagonista, nos deja una moraleja importante sobre qué significa cumplir un rol y cómo aunque queramos huir de nuestro pasado, la sociedad siempre nos encarcelará en una memoria.
Para cuando había terminado este videojuego, no lograba envolver mi cabeza en el hecho de que me había encantando. Su historia, la forma de contarla, sus personajes, la estética, la música y todos sus elementos me cautivaron. Si Telltale se había ganado mi confianza con el juego de zombis, la historia de Bigby Wolf hizo que amara a este estudio. Con este videojuego acertaron en muchos puntos precisos, y con el, han demostrado que saben manejar muy bien la narración y que efectivamente saben para qué sirven las decisiones más allá de determinar caminos en la trama.
Menciones Honoríficas:
Como dije al comienzo, jugué a muchas cosas en 2014, y no se me hace justo solamente hablar de 10 juegos, así que antes de revelar el número uno en esta lista, haré 3 menciones honoríficas.
The Binding of Isaac: Rebirth
Cuando salió originalmente The Binding of Isaac pase directamente del juego porque pensé que sería un Zelda con elementos rogue-like y nada más. Sin embargo, cuando ‘regalaron’ Rebirth en PS Plus, tuve la oportunidad de por fin probarlo y me volví un adicto a este juego en mi PlayStation Vita. Pero si por algo me quede explorando este juego, es por su inteligente comentario a los extremismos religiosos. TBOI usa una narrativa única de los videojuegos para hablar sobre sus temas: mediante los objetos que descubres, los escenarios, los enemigos y su simbolismo, este juego habla muchísimo mejor sobre la religión que Bioshock Infinite con sus cinemáticas y actores de voz. Pondría a este videojuego en una entrada de este top, pero no soy muy fan de colocar reediciones o re-lanzamientos en una lista así.
Broken Age: Act 1
Este videojuego al igual que el anterior, me sorprendió mucho porque no esperaba nada de el. Cuando de pronto Tim Schafer salió de la nada después de varios años desaparecido a pedir dinero para un proyecto, había algo que no me parecía bien. Pensé que Broken Age sería como una de esas aventuras gráficas de antaño donde el único objetivo era resolver puzzles. Sin embargo, este videojuego me ha maravillado por su historia. El tema principal de esta obra es el qué significa romper con las tradiciones del sistema establecido, va sobre tener que madurar para poder confrontar los peligros de la vida real y salir adelante. Shay y Vella en sus vidas paralelas confrontan un mismo problema, pero ambos lo afrontan de forma diferente. La historia futurística como sub-tema habla sobre cómo la tecnología se ha apoderado de nuestras vidas, y la trama de Vella tiene algo que decir sobre la misoginia y el trato a las mujeres en la sociedad. Puede parecer que este videojuego me ha encantado, y así es, pero solamente tiene un fallo que lo aleja de una entrada en el top: no está terminado.
Kentucky Route Zero: Act 3
Lo aclararé, este videojuego me ha gustado mucho más que todos los de este top. Una vez más, el no esperar nada de un indie ha dado frutos, y Kentucky Route Zero me ha sorprendido a muchos niveles. Tomando varias influencias del southern-gothic, Cardboard Computer cuenta la historia de un hombre que tiene que entregar un último encargo antes de renunciar. Pero pronto se encuentra en un viaje místico, filosófico y profundo que va sobre la muerte y sobre qué significa la pérdida para cada uno de nosotros. Todos los personajes en este juego tienen un pasado ambiguo o directamente deprimente, y cada uno de ellos está en busca de algo mejor, en busca de catarsis y nirvana. La narrativa de este videojuego es algo muy único, pues no usa las decisiones para determinar el camino que tomará la trama, sino que se usan para interpretar las escenas y a los personajes. Es un videojuego donde el simbolismo se encuentra en todas partes; siempre debes estar atento a la imagen, sonido y qué es lo que quieren decir los protagonistas. Kentucky Route Zero no sólo es lo mejor que he experimentado en 2014, sino que es lo mejor que he jugado en muchísimo tiempo. Pero una vez más, no está completo, por lo que no lo puedo poner en primer lugar.
1) This War of Mine
Admito de una vez que la razón por la cual este videojuego se encuentra aquí no es por lo que es el juego como tal, sino por lo que representa. Los videojuegos son frecuentemente asociados con fantasías de poder, con sueños de hacer lo imposible; la guerra es un buen escenario para desarrollar eso, pues sólo es necesario darle un arma al jugador para que vaya por ahí matando gente sin algún remordimiento. Pero la guerra tiene un lado que frecuentemente ignoramos. This War of Mine te hace jugar desde la perspectiva de los civiles y te obliga a tener que hacer decisiones que te rompen el alma. Te suelta en un escenario del cual debes salir y en el proceso te verás forzado a cometer acciones que van en contra de cualquier sentido de moralidad. Las situaciones que salen de aquí son muy personales; las historias que formes aquí se quedarán contigo para siempre. Si algo sucede aquí, no es porque el juego lo ha decidido, es porque tú has hecho que pasara. No hay sentido en relatar las experiencias propias a alguien más, pues este videojuego verdaderamente gana valor una vez que interactúas con el. Es cierto que puede llegar a ser demasiado dramático y sí, es cierto que las mecánicas se podrían extrapolar a otro escenario y seguiría siendo lo mismo, pero era necesario tener un contraste tan radicalmente diferente en una industria donde la guerra es ganar, un deporte y una diversión. Han salido muchos buenos videojuegos de 2014, pero This War of Mine es el juego que debería representar a todo ese año por lo que ha supuesto para todo un medio estancado en sus viejos ideales.
