Tiempos pasados, ¿fueron mejores?

La evolución en los videojuegos es un tema cuanto menos delicado, porque supone remover cielo y tierra, sobre los recuerdos ajenos. Sin embargo, muchas veces anteponemos ciertas leyes inquebrantable, entre ellas nuestras experiencias ya sea jugables o narrativas, videojuegos que llegaron en un momento de nuestra vida y nos cautivaron, sea como fuere, surge la pregunta clave:

¿Tiempos pasados, fueron mejores?

En esta época de lucro, donde se mueve mucho dinero entorno a los videojuegos, ya no solo en crearlos, también en comprar, porque dichas ventas en el futuro son mas valorados. ¿Recuerdan algún juego de su infancia en especial? seguro que muchos y seguramente muy buenos, pero el autentico contraste llega cuando jugamos en determinada época, porque se resaltan los errores mas fácilmente, claro que el contexto, vuelve a ser la ”valoración”, que le hemos dado, seguimos dando y que es dado. Lo que se diferencia de un ”clásico” a una ”gran juego”, es básicamente en estos puntos, algunos logran volver a cautivarnos y otros simplemente no lo vuelven hacer, porque la nostalgia, nos priva de este aspecto, la valoración del producto.

Es obvio, que siempre se va anteponer el pasado y nunca el presente, por la misma razón que nuestros recuerdos, reflejan aquel estado de ánimo, de descubrir nuevas sensaciones, de encontrarnos con nosotros mismos, a través de los mandos y enfrente esos videojuegos que nos han hecho disfrutar tanto. A veces el pensamiento ”retro”, influye notablemente en los videojuegos que entonces jugamos, porque de algún modo los revalorizamos mas, que realmente lo que son y lo que han sido, en un pretexto contextual sobre como estaba la industria entonces y de esos otros muchos juegos que no jugamos en la época, porque influyó la forma de vida que teníamos, en todo caso, siempre tendremos videojuegos ”clasicos”, que siempre recordaremos…o no.

El problema a la hora de valorar, que videojuegos merecen la pena, es que nos hemos malacostumbrado con los ”clásicos” de entonces. A la hora de evaluar, nos creemos que esos videojuegos, que pese a que llegaron a todos sobre todo entre la quinta y sexta generación influyeron en el ”pensamiento moderno”, de que antes los mejores videojuegos, eran mejores por diversas razones, las explicaciones son sencillas: Alta dificultad, guardado, componente ”narrativista”, un ”tetrismo” complejo y sesudo, etc..

La realidad que estos videojuegos, al menos no lo componen una mayoría, eran realmente lo que son o lo que muchos creen que han sido, pero sobrevaloramos esto porque pertenecimos a una época, ”magica”, y observando el ”clima actual”, nuestro sabor difiere y no suele compartir con el modernismo que acompaña nuestras dulces vidas, pero no crean que todo esto es verdad, en mi caso yo he tenido mis propias vivencias y experimentado esto a fondo, por lo tanto afirmar es una balanza y equilibrio de videojuegos. Los ”clasicos” van a seguir siendo, sin lugar a dudas, el problema es como sucede esto a consecuencia y es quizá esta razón, por lo que nunca aprendemos la lección, que nos lleva dando la industria, al menos desde la sexta generación y que ha influido en la séptima descaradamente.

El fundamentalismo sugiere como estas vivencias, como estas experiencias, que mas tarde olvidamos por las nuevas, en nuestra madurez, quiero evocar algún recuerdo nostálgico superior al resto de generaciones nuevas, donde somos testigos de que como evolucionan nuestras sagas, a mejor o peor, es indiferente, porque el criterio a seguir es que lo que nosotros hemos hecho antes, es y será mejor, en mi caso grandes ”clasicos” como Contra, Pang, Sonic, Pong o Space Invaders, entre muchos otros, hicieron que me fascinase por este medio, que a diferencia de otras artes, nos trasmitían de forma muy especial, incluso desde que los videojuegos ya forman parte de la industria y en este sentido, muchos no piensan realmente, desde que es un negocio y como tal, poco a poco se ha ido expandiendo hasta lo que es hoy.