Dos años apenas se van a cumplir desde que esta (nueva) generación comenzara sus andaduras en el mercado tecnológico-jueguil. Han pasado muchas cosas desde entonces, o quizás no tantas, pues hay dos palabras que se repiten hasta en la sopa: remasterizaciones y DLC. Hoy el tema no son estos últimos, pues ya he manifestado mi opinión por activa y por pasiva sobre este asunto, aunque añadiré a sus compradores compulsivos: con vosotros comenzó todo.
No, hoy no hablaré de esta tomadura de pelo. Comentaba que además de coexistir dos palabras antes citadas, debo de añadir una tercera que parece que se está modernizando demasiado: los sandbox. Como sabréis (seguro que sí ya que los lectores de Gamelegant sois excesivamente inteligentes), un sandbox es un género de videojuego donde precisamente lo que deja de existir es el típico título pasillero para depender de las misiones que vayas activando en un extenso mapeado. El sandbox nació ante todo gracias a Grand Theft Auto, el precursor del género sin ninguna duda.
El caso es que los sandbox son un género muy demandado hoy en día, tanto que me he dado cuenta que si un juego no es sandbox tiene muy pocas opciones de ser considerado como uno de los títulos del año. Hace poco tuvimos un debate unos usuarios y este servidor sobre el asunto. Comentábamos que, bien por la edad o bien por nuestra falta de tiempo, un sandbox llega a aburrir demasiado, ya no sólo por las muchas horas que le tienes que dedicar al juego, sino también porque tienes que ser tu quien se aventure a buscar las distintas misiones instauradas por los desarrolladores. Os contaré un secreto: llevo desde diciembre jugando al laureado Skyrim y no consigo terminármelo. Deja ese cuchillo, no me meteré con el título de Bethesda, simplemente reafirmo lo que la teoría nuestra dice: llega a aburrir demasiado.
Sonaré a tópico al decir que prefiero un juego de 4 horas. En absoluto. Véase por ejemplo los juegos de la saga Uncharted. Son títulos que sin ser un sandbox, tienen vida siendo muy pasilleros, o el propio Alan Wake, que aunque es cierto que el mapeado es algo más extenso por tener que cruzar bosques en mitad de la noche, es demasiado casual y mira tu por donde es considerado como una obra de arte para los amantes del terror psicológico. En este 2015 contamos con ‘la suerte’ de tener un taco interesante de ‘sandboxes’: The Witcher 3, Batman Arkham Knight, Metal Gear V, Fallout 4…Lo curioso de todo es que prácticamente todos estos títulos están llamados a ser GOTY, algo que es extensamente rebatible. Creo que soy de aquella mayoría que critica a Metal Gear Solid V, y mira tu por donde puedo considerarme como uno de los grandes fans de la saga. Precisamente por eso hay que dar un toque de atención a Kojima por haber sandboxeado en exceso al último juego de Big Boss. Y no, no soy el único que lo comenta, pues en diversas comunidades al parecer se están comenzando a aburrir de la repetitividad del título así como del disfraz de sandbox que le han metido con calzador a la saga, cuestión que personalmente me disgusta demasiado hasta tal punto de opinar que no le queda nada bien a un juego de sigilo y pasillero como es Metal Gear. A mi modo de ver, y cogiendo la frase antes empleada, quizás por mi falta de tiempo para el mundo consolero y mi madurez evolutiva y cronológica, es por eso por lo que el sandbox me empieza a cansar. No tengo tiempo de dedicarle a un juego 200 horas, y más si es lo que dura la historia principal.
A modo de conclusión, los sandbox son un género en alza, si, pero estamos de acuerdo en que nos estamos volviendo chiflados al considerar que un juego va a ser título del año si, entre otras competencias, pertenece a dicho género. No pretendo automáticamente sellar con que si un juego es sandbox entonces ya no lo jugaré y será caca de vaca, sino que tenemos que abrir los ojos atentamente para ver como otros títulos que no son del género tienen el mismo derecho a ser GOTY, Rise of the Tom… ¡ejem!