Juegos Gourmet convertidos en Fast Food
Hace unos días tuve una epifanía: un compañero de trabajo lleva casi un año jugando al Red Dead Redemption 2. Un juego que yo me acabé al mes de salir. Si ahora tuviera que decir todos los juegos que he jugado o probado desde entonces, no sería capaz de hacer una lista sin saltarme la mitad. El, sin embargo, sabe exactamente todos los que ha jugado, y sigue disfrutando sus aventuras de vaquero. Para mí, Red Dead Redemption 2, queda ya muy lejano. ¿Que reflexiones sobre la industria del videojuego podemos sacar?. ¡Os invito a leerlas a continuación!
Son muchas las cosas que pueden hacer influir en esta experiencia: que yo no soy muy dada al Western, que quizás juego más horas que él a la semana… un largo etc. Pero aun así, todo esto me hizo pensar: ¿Estaré yo dejándome llevar por la ola consumista de la industria y no saboreando bien los juegos que caen en mis manos?, ¿Puede que sea tanta el ansia que crean las novedades semanales para quién intenta mantenerse al día sobre ellas?
Pero no es solo la industria la que crea esa necesidad asfixiante, quizás… ¿tiene la prensa parte de culpa? ¿Soy yo entonces, parcialmente culpable de este virus?
Me atrevería a definir el concepto “videojuego” como una experiencia interactiva, un juego hecho con vídeos, imágenes o simplemente textos. De hecho diría que “vídeo” hace más referencia al concepto “digital”, que al mecanismo interactivo que usa. Juegos rebajados al salir que tiran por tierra el esfuerzo de muchos.
Juegos rebajados al salir que tiran por tierra el esfuerzo
Un buen videojuego está pensado de principio a fin y tiene en cuenta la experiencia que quiere crear en el consumidor. Es realmente un plato Gourmet que puede tardar en cocinarse desde un par de días, (como una Game Jam), hasta más de 5 años. Son unos productos, por lo general, bastante caros de crear y que requieren un equipo especializado, por lo que son a su vez muchas las cosas a tener en cuenta para generar una experiencia compacta (por corta o indie que sea).
Entonces, ¿por qué la propia industria de los videojuegos los maltrata tanto?, ¿Tiene explicación que haya obras que, tras más de 5 años en el horno, acaban por la mitad de precio al cabo de un mes? ¿Por qué los tratamos como fast food?
Por ejemplo, a 15 días de la salida del Dragon Quest Builders II, ya lo podías encontrar por 25€ (para PlayStation 4). Estamos hablando de un juego con un 85% en Metacritics.
Así como esto es una ventaja para las carteras de los consumidores, creo que puede ser perjudicial para todos a largo plazo, ya que devalúa el esfuerzo, la calidad y, probablemente, fuerce a las empresas a hacer cosas más genéricas para poder subsistir.
En mi carrera como diseñadora gráfica, he tenido la suerte de trabajar con empresas de diversos sectores, y ninguna de ellas caminaba tan “sin red de seguridad” como lo hacen la mayoría de empresas de videojuegos. Cualquier buen economista te dirá de hace un plan a 2-3 años, con la intención de cubrir gastos, pagar el siguiente producto y ganar beneficios que nutran esa “red de seguridad”. La mayoría de las empresas de videojuegos (especialmente las indies) hacen planes (si se le puede llamar así) con la única esperanza de poder pagar el siguiente desarrollo.
Hay muchos usuarios que disfrutan a largo plazo de un juego
A veces me da la impresión de que la industria vive en una burbuja paralela, y no es realmente consciente de cómo el público consume las obras. No me refiero al público especializado que compra 5 juegos al mes y está siempre pendiente de las últimas novedades. Hablo de la auténtica mayoría. De esas personas que, tras un año jugando en sus ratos libres, aún no se han acabado Red Dead Redemption 2, y que no les importa la última novedad de la semana. De quien lleva dos años jugando al anterior Animal Crossing y sigue disfrutando de ir a visitar todas las mañanas a su vecina Canela. Irónicamente, son los que de verdad saborean los juegos como lo que son: una experiencia Gourmet.
Realmente no tengo una solución que ofrecer a este problema. No soy empresaria, ni desarrolladora ni economista. Pero quiero invitaros a todos a pensar como saboreasteis vuestro último juego y a disfrutar de lo que sin duda será vuestra siguiente experiencia Gourmet.
