No pasó ni un mes desde que saliera Assassin’s Creed Unity antes de que ya anunc–perdón, filtraran Assassin’s Creed Victory. Tendrá lugar durante la época Victoriana en Londres, tendrá a un nuevo protagonista, historia y más cosas. Originalmente este artículo iba a ser una queja hacia Ubisoft por haber hecho la decisión de anualizar la saga, sobre cómo es imperdonable que nos estén haciendo esto si apenas he adquirido Unity, etcétera. Pero es un argumento que ha sido usado hasta el cansancio, y probablemente nada más estaría repitiendo mis propios argumentos. Por ende, se me ha ocurrido discutir el tema desde un enfoque diferente, sobre qué significa la anualización para la trama y lo que puede suponer este juego para el universo de Assassin’s Creed desde el punto de vista de un -ex- fan de la saga.
Assassin’s Creed era una saga que amaba desde lo más profundo de mi ser. Compré los libros, colgué los posters, adquirí todos los juegos, compré figuras de acción de Ezio, y llegue al extremo de dedicar mi nick en varios foros a esta saga ¿pero por qué me enamoré tanto de estos videojuegos? por su historia. Desde la primera entrega, lograron crear un universo y una mitología atrayente sin duda alguna. Lo que era el gremio de los Asesinos, la larga batalla contra los Templarios y su modo distinto pero a la vez similar de ver el mundo, combinado con un trasfondo sobre objetos religiosos que provenían de una civilización antigua, daba mucho de qué hablar. En internet solía participar en foros creando teorías sobre qué podrían significar ciertas frases, momentos, imágenes, personajes y demás. Jamás me había involucrado de manera tan más cercana a una historia ficticia. Fue hermoso mientras duró.
A partir de Assassin’s Creed 3 nada ha sido igual. Aunque este juego hizo mucho para expandir en la mitología de la primera civilización, justo en la escena post-créditos, como Ubisoft todavía no estaba dispuesta a dejar ir a su saga estrella, se sacaron un truco de la manga para poder seguir fabricando más juegos. Black Flag marcó el relevo de la historia a un segundo plano: en las escenas del presente, poco o nada sucedió para seguir avanzando en la trama; la historia de Edward Kenway terminó en la promesa de seguir buscando más información y en general, fue un episodio que en términos narrativos, no sirvió de mucho. Ahora llega Unity y empeora la cosa: la historia del presente ya no asiste más que en dos o tres escenas de pocos minutos durante todo el juego y la historia de Arno tiene la misma función que la de la entrega pasada. A este paso, honestamente ya hasta me da igual lo que vaya a suceder en Victory. El nuevo protagonista seguramente luchará contra los Templarios de la época y descubrirá un nuevo artefacto de la primera civilización; en el presente, a través de una cinemática de 5 minutos, te dirán que hiciste un buen trabajo pero que todavía hacen falta 9 jueg– ancestros más para poder derrotar al mal supremo.
La Revolución Industrial o La Londres Victoriana, es una era en el tiempo que siempre me ha encantado. El tono deprimente y obscuro gracias a unas fábricas recién instaladas que producían nubes artificiales que tapaban los cielos de Londres, hacían de esta ciudad el lugar perfecto para un crimen. La aparición de novelas policiacas y de misterio en este país durante esa época no es coincidencia cualquiera, pues aparte de que fue la primera vez que existió la noción de un cuerpo de policía, aumentaron considerablemente los casos a investigar. Este planteamiento es casi perfecto para un Assassin’s Creed: la hermandad peleando por mantener el equilibrio y la libertad en una ciudad llena de corrupción, delincuentes y hasta mercados negros ocultados por muchas capas. Sin embargo, sé que no le van a dar un uso adecuado. La Revolución Francesa también era una época histórica que encajaba bien con Assassin’s Creed, pero esta saga pasó de usar la historia como un ancla para la trama principal, a solamente tenerla como excusa para un nuevo y mejorado apartado jugable. “History is our playground” se ha vuelto en un eslogan literal.
A los fans originales de esta saga se les ha ahuyentado. La trama y la mitología se han visto casi exterminados a favor de algo menos complicado para los nuevos usuarios. El equipo creativo detrás de los primeros juegos de la saga, ya casi ni se encuentra en las filas del equipo de desarrollo de los nuevos juegos, claro, por no mencionar el hecho de que Ubisoft despidió al creador de esta misma saga. Es lamentable, que en busca de que más gente juegue a Assassin’s Creed (ergo, más dinero) la magnífica e intrigante historia se haya visto afectada de tal grave manera. Pero esto no es sólo cuestión de atraer a más público, sino también es problema de que los estudios a cargo llevan una prisa constante por terminar estos juegos en el menor tiempo posible para ser lanzados en las épocas navideñas, y como hay muchos juegos siendo desarrollados al mismo tiempo, el guionista a cargo de AC ‘x’ no tiene mucho con qué trabajar, pues no puede complicar mucho los conflictos debido a que no tiene cómo comunicarse efectivamente con el guionista a cargo de AC ‘y’ -el cual, por cierto, ya debe estar en desarrollo- Y el problema más lógico: tampoco es que la historia pueda avanzar grandes cantidades, porque de ser así ¿Qué pasa cuando se acaben los Assassin’s Creed? ¿De dónde va a recibir su hermoso dinero la casa francesa?
Aunque Assassin’s Creed Victory sea bueno, no hay forma de que esta saga se recupere. Se encuentran en lo más bajo y es imposible que de pronto la historia vuelva a ser buena, que los personajes sean interesantes, que usen la historia para vincular a la trama en vez de ser un fondo vacío. Admito que cuando lo veo, se me antoja ya tenerlo en mis manos, y seguramente los tráilers y los gameplays me van a hacer comprarlo. Lo que sigue haciendo muy bien esta saga, es recrear ciudades dignas de ser exploradas. Lo único bueno de Black Flag y Unity es su exploración, la magia de poder visitar esos lugares hermosos y quedarte viendo qué pasa en un gran lapso de tiempo. Hace unos días bromeaba con un compañero de redacción que a esta saga le deberían cambiar el nombre a City Explorer Simulator y ahora lo veo más plausible que nunca. Ya que la historia no es buena y carece de cariño por parte de Ubisoft, por lo menos que se enfoquen en lo que mejor saben hacer, así al menos Londres será una ciudad perfecta para hacer parkour. Sin embargo, espero no caer en la trampa, pues me he dado cuenta de que esto ya se ha vuelto en un ciclo:
- Filtrar el siguiente Assassin’s Creed; usar una ambientación que los fans han deseado por mucho tiempo.
- Hacer tráilers prometiendo que la trama se verá fuertemente influenciada por los conflictos de la época y hacer entrevistas diciendo que la historia del presente tendrá un gran peso.
- No hacer absolutamente nada con la época histórica, tenerla como un adorno y mejor escribir una trama sencilla que pudo haber ocurrido en cualquier era ¡La trama del presente ni siquiera tiene que aparecer! Basta con poner una cinemática al comienzo que te explique estás en un Animus.
- Sacar el juego y ver a los fans enojarse.
- Repetir.
Es triste ver morir a lo que más amas, pero es la absoluta verdad. En Ubisoft se han vuelto genios del marketing, porque de cualquier otra forma no me explico que aunque aquí en internet nos estemos quejando de estos juegos, sigan vendiendo como si fuesen lo mejor del año. Yo personalmente, paso de Assassin’s Creed Victory. El día que los guiones vuelvan a ser interesantes; que vuelvan a tener importancia y casi trascendencia, ese día, quizá, me anime a comprar un juego más de esta saga. Tristemente, sé que Victory cometerá los mismos errores que Unity. El ciclo sólo volverá a empezar.