¿Preferimos una secuela con una historia nueva, o la historia que ya conocemos con aspecto renovado?

Tras el esperado anuncio de Crash Bandicoot 4: It´s about time a principios de esta semana, no he parado de hacerme esta pregunta. A la hora de volver a un clásico, ¿queremos hacerlo conociendo un poco más allá, con una secuela digna, o con un remake que nos devuelva a los recuerdos del pasado? Y otra pregunta: ¿cuánto tiempo debe pasar entre una secuela hasta que un jugador deja de necesitarla?

Sin duda, esta última pregunta tiene trajín. Y me gustaría relacionarla directamente con la saga Kingdom Hearts, una de las más queridas de mi infancia. Tras dos entregas principales numeradas, fueron llegando con cuentagotas un sinfín de títulos que liaban la trama y algunos ni siquiera aportaban detalles de peso. Imbuido de magia e ilusión, esperé y esperé con ansias hasta que llegó el ansiado anuncio de Kingdom Hearts III en el E3 de 2013. Desde entonces, otra vez a esperar… Hasta su salida en 2019. Y claro, vas creciendo, te vas olvidando o simplemente tienes otras cosas en la cabeza. A día de hoy sigo queriendo jugarlo, pero… ¿con la misma ilusión? ¿Qué ha pasado en el camino?

Una secuela tras tanto tiempo puede hacer que muchos jugadores pierdan su ilusión en la franquicia

Casi como el niño que crece y mira una última vez a sus juguetes antes de partir de su hogar porque ya es mayor, siento que el gran lapso de tiempo ha minado el hype que se alojaba en mi corazón. Como esto, podría ocurrir con muchas otras sagas que peor o mejor han soportado el paso del tiempo entre secuelas. Mi intención, eso sí, es seguir disfrutando lo que pueda y dar la bienvenida a esas nuevas entregas que amplían la historia de los universos de los que me enamoré.

Por otro lado, están los remakes. Ya sabéis, la historia de siempre, sin apenas cambios, con un apartado gráfico renovado y alguna nueva mecánica jugable. Es el caso, por ejemplo, de Resident Evil 2 y 3, de Shadow of the Colossus o de los últimos Crash Bandicoot. En este caso, se genera otro tipo de hype, aquel que te llama la atención pintando más bonito ese mundo que descubriste en su día lleno de píxeles y caras poligonales. Ahora, se convierten en escenarios increíbles y personajes que rozan el realismo, dando un giro a todo lo que conocías y volcándote en la misma historia de una manera diferente.

Un remake, por su parte, en ocasiones nos ofrece pocas novedades y alicientes

Por ejemplo, en el caso de Crash Bandicoot, en los últimos tres años estamos viviendo el remake de su trilogía original, el remake de Crash Team Racing y recientemente se ha anunciado su próxima entrega: Crash Bandicoot 4. ¿Estamos hablando aquí de una estrategia de marketing? ¿Después del gran lapso de tiempo tras el tercer título numerado, han optado las compañías por ofrecer primero remakes para “refrescar”, y luego darnos una nueva entrega como agua de mayo?

Sea como sea, secuela o remake, los jugadores le damos la bienvenida a todas las compañías que abran el baúl de los recuerdos. Eso sí, siempre que a pesar de la innovación, se respete el título original, algo que por ejemplo no ha estado del todo claro con Final Fantasy VII Remake. La polémica siempre estará servida, la cuestión es, ¿qué queremos los jugadores? Contadnos qué preferís: secuela tras tantos años en espera o un remake como dios manda.