Repasamos todo lo que Blizzard ha pasado hasta llegar a Legion.
Llegamos a un punto en el que Activision Blizzard ha tenido que apostar fuerte y definitivamente por World of Warcraft teniendo que aceptar muchas de las propuestas que llegaban desde los usuarios y escuchando a los mismos a través de los foros. Muchas han sido las decepciones hasta día de hoy, pero los jugadores de WoW siguen fieles a la franquicia. Blizzard, no nos vuelvas a fallar.
Si tenemos en cuenta la salida de World of Warcraft hasta prácticamente el final de la Segunda Expansión, The Wrath of the Lich King, nos encontramos en que el juego no ha parado de crecer. Esta expansión trataba sobre de la consecución de Warcraft 3, juego de estrategia que tenía a sus personajes en el corazón de todo amante al Lore del mundo Warcraft. En la primera expansión, ir tras Illidan fué también un gran reclamo ya que tanto éste como Arthas eran los dos grandes villanos (Illidan realmente era un Anti-héroe) del juego de estrategia.
Pero ya en la primera expansión tuvieron que sacar a Sunwell porque se quedaba floja en contenido. La solución fue perfecta y en la siguiente expansión la cosa fue todavía a mejor. The Warth of the Lich King o The Burning Crusade son para muchos las dos mejores expansiones del universo World of Warcraft. Pero, lo importante es preguntarse… ¿Qué pasó a partir de entonces?
Si bien no fueron perfectas las dos primeras expansiones, ambas tocaban la fibra sensible del jugador. Al llegar Cataclysm nos encontramos con otro gran villano pero que ya no era de Warcraft 3. La gente dejó de identificarse tanto con el juego y aquí empezaron los problemas. Además, algunos cambios de política en torno a la dificultad en mitad de la expansión llevaron a Cataclysm a ser un vaivén incontrolable de dificultad.
Al principio una dificultad muy alta y, tras las consecuentes quejas en los foros (famosos /cry), la disminución de ésta hasta que era demasiado fácil completarlo todo. Un cambio de política que a muchos no les gustó. El juego se fue casualizando y muchos jugadores Hardcore decidieron anular su suscripción. Ésto llevo a los jugadores más casual a no tener una referencia en torno a quien fijarse a la hora de llevar su personaje. Pero aún aquí nuestro querido World of Warcraft mantenía una buena tasa de suscriptores y jugadores en activo.
Llegó Pandaria, un continente nuevo, con una raza nueva (¿De dónde salen estos pandas? – ¿Ahora somos Word of Kun Fu Panda?) el jugador siguió desnaturalizandose y se acrecentó el desapego de los jugadores por el WoW. Aún así hubo otros pocos a los que les gustó. Aún así las suscripciones iban bajando y llegó un punto en que no se podía raidear. Necesitabas un grupo de gente estable, cosa difícil ya que los reinos se iban despoblando por momentos. Guilds enteras decidían migrar a los servidores más poblados. Y en los servidores pequeños era imposible pensar en mantener la estabilidad. Blizzard tardó muchísimo en reaccionar. Ésto provocó otra caída masiva de suscriptores.
Sólo al final de Pandaria Blizzard decidió unir servidores en vistas a la siguiente expansión. Esto fue un alivio para las hermandades que veían la posibilidad de volver a montar grupos estables. Llegó tarde, pero la solución llegó y se avecinaba una buena siguiente expansión. El amor al universo Warcraft y la esperanza en volver a tener jugadores activos fue determinante para creer que se estaba en el buen camino.
Warlords of Draenor llegaba con mucha fuerza. Una historia sobre Orcos. Blizzard decidía jugar con las lineas temporales y nos llevaba a la casa de Thrall o Garrosh. Íbamos a conocer a los grandes lideres de la raza guerrera. Grom Hellscrem, Guldan, Black Hand, etc. Nos ponía una Ciudadela para poder hacer mucas cosas dentro de ella. Íbamos a ser muy autosuficientes. ¿Qué podía fallar? La llegada de la expansión atrajo a millones de jugadores y se volvió a superar los 10M de suscriptores en activo. Toda la comunidad se alegraba de tal hecho. Al empezar todo parecía ir bien y entonces, ocurrió lo que no debió ocurrir nunca.
Si bien el leveo y el aspecto PVE del juego, para mí, fue de alto nivel, el resto de la expansión fue cada vez más dejada de la mano de los desarrolladores. No salíamos para nada de la Ciudadela. No había nadie en campo abierto ni farmeando ni había por qué hacer heroicas. El aspecto PVP del juego directamente fue un desastre mayúsculo ya que no se incluyó nada nuevo, todo seguía exactamente igual que en la anterior expansión. Y en el total de Warlods of Draenor solo hubieron 3 raids y 2 tiers. Al haber menos contenido nos encontramos con que la expansión fue la mas cara hasta la fecha y además porque nos cobraban una subida automática de nivel (nueva forma de Blizzard de conseguir dinero gratuito). Hellfire Citadel, la ultima de las raids, si bien fue buena en contenido y divertida en mecánicas, duró mas de año y medio. La gente se hartó y esta expansión fué la que más quemó a jugadores, tanto nuevos como experimentados. Y la caída de suscriptores fue tan acuciada que más de uno preveía que ahora ya sí, World or Warcraft, podía estar llegando a su fin.
En la Blizzcon 2015 (La feria en que se reúnen los fieles a los juegos de la compañía americana) Blizzard nos enseñó Legión por primera vez. A primera vista nos daban todo lo que anhelábamos. Nos daban lore, ya que volvíamos a luchar contra nuestros grandes enemigos, los demonios comandados por Sargeras. Nos darían a empuñar Armas Artefacto, las armas de nuestros lideres. Un chaman podría llevar el DoomHammer, un mago ígneo el Felo’melorn de Kael’thas, los paladines-represión la Ashbringer, etc. Nos darían una sede de clase. Mejorarían a los seguidores. Volveríamos a la The Emerald Nightmare. La posibilidad de conseguir Legendarios y llevar más de uno equipado. Todo lo que un jugador del WoW quiere, Blizzard con Legión te lo está ofreciendo. No puede volver a permitirse otro error.
Nos encontramos en el año 2016, 12 años después de la salida de la BETA del juego. Blizzard junto con Legendary Pictures y Universal Pictures han publicado su primera película sobre el universo Warcraft. No entraremos en si la película es buena o mala pero lo positivo es que ha atraído nuevos jugadores. En cada país por ir al cine a ver la entrada, en cines seleccionados, ¡te regalaban el juego! En mi opinión era una maniobra a la desesperada por conseguir nuevos jugadores. La salida de Legión se acercaba y aunque las expectativas eran altas, vistos los precedentes, nadie nos fiábamos ya. Muchas veces nos habían mentido antes de las expansiones. Muchas promesas incumplidas. ¿Qué pensaría la comunidad?
Y ya, en esta época donde los primeros meses de Legion han pasado, nos encontramos con una gran expansión. Parece que Blizzard lo ha vuelto hacer, ha conseguido cambiar la tendencia del descenso de suscriptores desde Cataclism. Pero seguimos sin fiarnos porque algo así pasó al comienzo de Warlords of Draenor. Necesitamos que la compañía apueste por el WoW igual que los jugadores fieles siguen mes a mes. La comunidad ha respondido. Las suscripciones han aumentado y los servidores se han llenado. Mucha gente que dejó de jugar hacía 2 o 3 expansiones han vuelto en Legión.