Uno de los placeres en los videojuegos, es el poder de decisión. Con los años hemos visto como muchos juegos se han apuntado a la idea de que los juegos ofrezcan en mitad de la diversión decisiones vitales, desde el destino de los personajes, trama o el propio jugador, poniendo en juicio sus valoraciones, criterios o forma de pensamiento. Las decisiones además han servido en los últimos años, para valorar la moral y como estos se construyen en las tramas.
Sin duda uno de los grandes atractivos es la rejugabilidad con esta puedes tomar distintas decisiones en cualquier momento, pero en las siguientes conocerás las consecuencias de no elegir que lo mismo se te escapó en un momento dado. Otro de los alicientes es cuando anteponen cuestiones que por lo general, nunca nos planteamos.
¿Que personaje debe morir? ¿Lo merece?
Son en estas ocasiones, donde valoramos o nos integramos en la trama que nos narran, ¿Que hubiera sido Silent Hill sin la decisión de matar Cibyll Bennet? ¿En Dishonored nuestros actos tienen consecuencias en el mundo real? ¿Que sería The Walking Dead o Heavy Rain sin nuestra determinación durante la trama?. Son estas acciones, donde los videojuegos son mas valorados, a veces suelen ser mediante durante nuestras acciones y otras en elecciones aunque no tengan ”peso” como sucede en BioShock Infinite donde decidimos que colgante tener, sin duda este mundillo esta bien explotado, lleno de posibilidades como en Fallout 3 donde nuestras decisiones vienen fuertemente marcadas por lo que hacemos durante el transcurro de la aventura y nuestros actos tienen consecuencias, dependiendo el personaje que salvemos o no, que decidamos unirnos a el o dejar a su suerte, son estas valoraciones que en muchas ocasiones se pierden o infravaloran, pero que deja en juicio o cuestionan al jugador.
Si bien la importancia de estos, suelen estar vinculadas a las acciones del jugador. Mientras en muchos juegos, nos obligan a determinar nuestras acciones en ciertos momentos, en ocasiones suelen verse afectadas por el desarrollo, cambiando personajes o situaciones. Aunque no son pocos los hispster quienes ignoran esta clase de juegos, por ser demasiado altruistas, aquellos jugones que se consideran aristocráticos, porque infunden en los demás, porque en estos juegos creen que son residuales en lo que ofrecen, deben omitir que no todas las propuestas son ”factibles” en cierto grado, si bien muchos clásicos reconocidos han pasado por la brecha de las decisiones, pero que la memoria gamer tan fragil como siempre, ha intentado escapar o alterar, pero los juegos siguen estando ahí para todos y que ningún modo escapan a lo que siempre han sido.
Las decisiones en videojuegos han sido clave de éxito de franquicias emblemáticas o de aquellos juegos que han aportado una enorme rejugabilidad, pero con los años, parece haberse perdido el interés ya que estas aventuras, no ”gustan” del paladar moderno, que tiene resquicios a la hora de valorar ciertas aventuras y que infunden en estas temor aquellos que se deciden aventurarse, como es el famoso caso de Catherine una aventura de corte adulto, donde nuestras decisiones marcaban la trama y cada decisión es vital, ¿Que decir de The Stanley Parable? ¿Ya mencionado tantas veces? Los videojuegos sin duda, ofrecen un plus interesante, que muchos no aceptan porque el hecho de trasladar una trama en distintas ramas puede verse perjudicada, sin embargo la historia de los videojuegos, dice lo contrario, de este cultivo han salido las mejores aventuras y puede que esta misma razón, muchos aun detesten tener que decidir, elegir o hacer algo con su destino.
¿Acaso en la vida real no hacemos lo mismo?