La visión de la mujer en los videojuegos

Repasamos el rol de la mujer en los videojuegos a través de dos iconos femeninos: Lara Croft y Max Caufield

A pesar de que cada vez hay más jugadoras entre el público videojueguil, todavía encontramos casos (y no precisamente aislados) de juegos donde se usa el cuerpo de la mujer con un sólo proposito: ayudar a vender más. La “mujer objeto” sigue presente en alguno de los títulos más populares, dando lugar a situaciones de lo más disparatadas en donde no importa el cómo ni el por qué, si no el qué se enseña. Hoy repasaremos algunos de estos casos y daremos nuestro particular punto de vista sobre el tema, aunque en alguna ocasión anterior ya hemos hablado en GamElegant sobre este tema desde otro punto de vista. Allá vamos.

Los fans de la franquicia Tomb Raider se pueden contar por miles. La evolución de su protagonista, Lara Croft, ha experimentado cambios según los diferentes desarrolladores por los que ha pasado, cada uno dando su punto de vista particular de nuestra arqueóloga favorita. El más destacable es, sin duda, el nuevo enfoque que le han dado Crystal Dynamics y Eidos Montreal, que pese a transmitir novedad e innovación, conserva el espíritu de pasadas entregas que fueron todo un icono para varias generaciones. Pero en este caso, la aventurera que perfectamente ha ocupado el espacio de Indiana Jones en los videojuegos, no viene con su camiseta de tirantes azules y pantalones marrones cortos a lo que nos tenía acostumbrados.
Desde sus orígenes, Lara Croft, es una joven inglesa perteneciente a la burguesía, que se adentra en un mundo de aventuras para seguir el legado de su difunto padre en busca de objetos arqueológicos que tienen la facultad de difuminar la delgada línea que separa lo fantástico de lo real. El problema que ha tenido esta franquicia ha sido uno solo, pero muy grande y extendido, pues los videojuegos de Tomb Raider eran más conocidos por el tipo y las curvas de la protagonista que por lo que realmente querían transmitir, como viene a ser la exploración y la curiosidad continua por saber más. Tal fue el problema, que su desarrollador gráfico, Toby Gard, acabó dimitiendo porque no quería ser partícipe en convertir a su arqueóloga en una fantasía sexual del mundo de los videojuegos. Pese a su marcha, la idealización del cuerpo femenino se siguió plasmando en la figura de Lara Croft, algo que probablemente, ofende a las mujeres.
Pero todo ha cambiado desde el reinicio que vio la luz en 2013 de la mano de Crystal Dynamics y Eidos Montreal, titulado Tomb Raider a secas, y con su secuela más reciente, de los mismos desarrolladores, Rise of the Tomb Raider . Aquí, vemos a una Lara mucho más común, que pese a tener un cuerpo atractivo, no es algo tan exagerado como lo era, pues esta nueva Lara Croft simplemente se cuida con una dieta. Además, se acaba con el exhibicionismo que se hacía en otros títulos, ahora, si hace falta, se pone una chaqueta en condiciones para no resfriarse o un equipo adecuado para no pasar frío en Siberia, no como en Tomb Raider Anniversary, en el cual, en mitad de una montaña con nieve por todos lados, la seguíamos viendo con pantalón corto y camiseta de tirantes, algo completamente absurdo.
Este es un ejemplo claro de la idealización y sexismo en el mundo de los videojuegos, un mundo en el que parece ser que un personaje femenino debe tener un busto y un trasero perfectos para que nos acordemos de ella incluso años después de acabar el juego. Otros casos se dan en sagas como Metroid, con Samus Aran, la mujer que da nombre a sus videojuegos, Bayonetta, o todas las luchadoras de Dead or Alive (de las que no se salva ninguna). ¿Cómo va a reaccionar el público femenino ante semejante atentado contra su imagen?No es cuestión de ventas, es cuestión de respeto. Es evidente que habrá un público al que no le importe, pero seguro que hay otro al que sí, y que si se ha percatado de tal situación, estará realmente molesto.

Pero al igual que unos se pasan, hay quienes no llegan. Es el caso de la pareja protagonista de Life is strange, dos “nerds” (por etiquetarlas de alguna forma) con gustos muy peculiares, Max y Chloe, una más bajita y otra más alta, ambas muy delgadas. Por la misma línea van sus compañeras “impopulares” de la universidad, a las que o les sobran o les faltan algunos quilos, pero ninguna en un punto medio, al contrario que las animadoras y las populares de clase, que tienen unas curvas perfectamente cuidadas. Está muy bien que la protagonista de un videojuego, como Max, una adolescente con el poder de retroceder en el tiempo, no sea una chica vistosa mostrando que no es imprescindible una mujer explosiva para llamar la atención, pero profundizando, podemos llegar a la conclusión de que aquellos que no son bien vistos por sus gustos, como los “nerds”, queden reducidos a personajes marginales y con mal humor (como se puede apreciar en los personajes de este videojuego) que no tienen ningún atractivo físico, mientras que si te vas a dedicar a animar al equipo de fútbol americano de turno, debes estar bien dotada para cumplir semejante tarea.

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Es triste que un mundo con tanto potencial para contarnos buenas historias (en algunas ocasiones equiparable al cine) y transmitir un valor de la igualdad de sexos a un público tan amplio como es el de los videojuegos, acabe cayendo en este tipo de tópicos y estereotipos que a más de uno, incluyéndome a mí, nos molesta. Ahora sí, el público femenino, de todas las edades y todas las clases, puede verse identificada con esta nueva Lara Croft como ejemplo de esfuerzo, solidaridad e igualdad.