El juego que consigue la cantidad sin olvidarse de la calidad
Ya vamos por la tercera entrega de Impresiones sobre la Gamescom 2017 y, tras Dragon Ball Fighter Z y ARK: Survival Evolved, me ha llegado el turno de hablar sobre Ni no Kuni 2: El Renacer de un Reino. Pese a no haber podido probar la entrega anterior, y sumar uno a la lista de productos Ghibli que no he podido disfrutar, me sentí lo suficientemente emocionado al ver su presentación para PC. Y como era de esperar, una vez más Bandai Namco, junto a Level-5 y Studio Ghibli, han vuelto a darme justamente lo que pedía: un videojuego.
Antes de que empecéis a llorarme sobre lo maravilloso que es Ni no Kuni o las grandes ideas y constantes esfuerzos que el estudio nipón por preferencia ha puesto en ello, dejadme contaros un par de cosas. La primera es que Ni no Kuni 2 es un juego visualmente fantástico, su banda sonora me resultó muy placentera en el entorno en que se desarrollaba y, sinceramente, es el tercer juego que más destacaría de lo presentado por Bandai. Se sitúa al mismo nivel que Dragon Ball Fighter Z o que Naruto to Boruto: Shinobi Striker, e incluso diría que los supera en el conjunto. Pero el principal problema es ese, que los supera en el conjunto y Ni no Kuni 2 es demasiado conjunto. No sé cómo será el juego en su etapa definitiva, puesto que en la Gamescom solo pude probar 4 tipos de fase, pero eso no cuestiona lo que nos decían nuestras madres de “Más vale pájaro en mano que ciento volando”.
El principal problema que he tenido ha sido el que os muestro en la pantalla superior. De las 4 fases disponibles hubo dos, una basada en el modo estrategia de campo a tiempo real y otro centrado en la exploración y combate por aproximación, que lucían de esta manera tan artificial, tan fuera de lugar. Me resultó impactante después de ver el bombo que le dan a su “estilo Ghibli”, que puede ser fácilmente uno de los pocos reclamos que nos han dado del juego. Sin embargo, una vez entramos en combate, accedemos a una fase de exploración (una cueva por ejemplo) o llegamos al jefe de la zona, se cambia completamente el apartado visual. ¿No se puede utilizar un mismo estilo para todo el juego? Como una excepción, os pondré otra imagen para que comparéis:
Creo que véis a lo que me refiero. Personalmente, prefiero el segundo estilo. Quizás para adecuarlo al modo anterior deberían sentenciar detalles o eliminar ciertas funciones (no lo sé, no soy desarrollador por el momento) pero como consumidor y crítico puedo afirmar y afirmo que no es correcto este cambio visual tan drástico entre fases. Aunque no estoy diciendo que sea completamente inútil, de hecho, si os fijáis bien el primer estilo calza bastante bien si obviamos los personajes principales. Yo propondría un cambio en el modelado (si es así como se llama) de estos, puesto que el estilo Chibi me molesta excesivamente. También, puestos a quejarnos, deberían añadir algún tipo de filtro para que el paisaje se pareciese más al visto en el segundo caso.
En cuanto a las mecánicas, Ni no Kuni 2 nos mostró, como ya hemos comentado, 4 tipos de fase: una batalla contra jefe final, una fase de exploración, un modo estrategia contra una facción y un modo arena. Todos los modos han sido generalmente divertidos, desde el uso de unos pequeños espíritus de la naturaleza para aumentar nuestros stats y vencer a un enorme dragón a los enormes mapas repletos de objetos y enemigos. Pero, aunque todos resultaron satisfactorios, ninguno me situó en ese espíritu de un mundo propio que parecían querer alcanzar. Me explico en palabras simples: las fases están bien por separado, pero fallan al unirse. Quizás sea por lo hablado de los drásticos cambios visuales, pero no excusa lo provocado al jugador.
Y finalmente el apartado que más interés suele dar: ¿Es una experiencia inmersiva? ¿Merece la pena comprarlo? Sí y probablemente serían las respectivas respuestas, pero, y es que siempre os voy a dar un pero, con lo visto sólo puedo mirar a un futuro en que los estudios al cargo se esfuercen verdaderamente en conseguir ese sentimiento de mundo, de realidad, de vida. Cierto es que no me paré a observar detenidamente cada uno de los puntos que recorríamos en el mapa, ni a observar detenidamente las batallas, ni siquiera visité una de esas grandes y esplendorosas ciudades que muestran en los tráilers. Y quizás ese es el problema, que todo esto haya sido cuestionado por la situación en que lo jugué. No me paré a pensar cómo estaba hecho, simplemente quería jugar, probar todo lo posible y pasar al siguiente nivel. Pero lo que quedó claro como el cristal es que Ni no Kuni 2: El Renacer de un Reino merece la pena. Está bien llevado, no peca de variedad antes que calidad y, sobre todo, es un juego del que podemos esperar grandes cosas.