Meditando sobre las posibles consecuencias de este arriesgado movimiento
Estos últimos meses Nintendo ha estado en la boca de todos. La polémica llegaba a todo el mundo por distintas vías, la llegada al mercado móvil, el anuncio de Switch y todo lo que rodea a la consola como su online, su precio y demás discusiones que a estas alturas todos conoceréis. El último bombazo que ha vuelto a agitar a las masas ha sido el anuncio de DLC en The Legend of Zelda: Breath of the Wild y su respectivo pase de temporada. Varios han tomado sus posiciones en la batalla y otros muchos se mantienen escépticos, pero con temor a lo que pueda pasar.
Se entienden las críticas, el concepto de DLC desde sus inicios ha tenido una justificada relación con los sacacuartos que las grandes empresas nos intentan colar todos los días de maneras cada vez más distintas y sutiles. Hay que sumarle que, además, se está anunciando contenido de pago no solo para un juego que no ha salido aún, sino también para una consola que tampoco está a la venta todavía. The Legend of Zelda: Breath of the Wild es la carta de presentación de Switch, no solo por ser el título de salida, sino por ser una de las sagas más importantes para Nintendo desde sus inicios con NES.
Con todo esto dicho, creo que nos tenemos que relajar un poco. Hablemos primero de los DLC en general. A mí tampoco me hace ninguna gracia pagar por contenido que podría darse de forma gratuita a los usuarios, pero nos olvidamos de que el DLC no es algo incluido en el juego que estamos comprando, es un accesorio aparte, o al menos así debería serlo. Se pueden sacar muchos ejemplos de como tal juego contaba el final verdadero a través de contenido de pago o como tal otro tenía a los personajes bloqueados en el disco. Pero en el camino nos olvidamos de aquellos casos que añaden más a la aventura como los de la saga Souls o los que solo dan un pequeño bonus como las armas adicionales de Vanquish, nos cuesta recordar incluso las ya antiguas expansiones que podían incluso ser lanzadas de manera independiente como Episodes From Liberty City en GTA IV.
Veamos como ha tratado Nintendo a los DLC. No hay demasiadas experiencias en el tema, pero uno de los casos recientes más notados es el de Mario Kart 8 que la comunidad aplaudió por dar contenido interesante, que no esencial, y ayudaba a alargar la vida útil del juego. Cambiando de registro, los personajes extra del último Smash aportan un estilo de juego totalmente distinto al visto antes, incluso si no te gustan como se controlan puedes optar por simplemente no comprarlos y tu experiencia seguirá siendo igual de buena que antes o incluso mejor al encontrarte rivales más variados en el online. Tampoco quiero darle seguridad de más a Nintendo, si alguna vez publican contenido que no esté a la altura se debería juzgar tan duramente como a cualquier otra empresa, pero los antecedentes y la delicada situación en la que están ahora mismo no me indican ninguna señal de peligro.
Vayamos ya al grano, le toca a Breath of the Wild. Hay miedo de que se recortase contenido del juego para ofrecerlo como DLC, especialmente cuando se habla de que el segundo pack contendrá elementos narrativos que a muchos les hace sospechar que se encontrarán con una historia incompleta el 3 de marzo. Y yo pregunto, ¿por qué iba a pasar eso?. Si el juego ha tenido múltiples retrasos notables es precisamente porque Nintendo quiere asegurarse de que su juego está lo suficientemente completo y es digno a la hora de salir al mercado. Peor aún, podrían haber sacado el juego incompleto en Wii U e incluir lo que faltaba de historia en la versión de Switch. Saben que la comunidad les tiene el ojo encima y que si comenten un error será recordado y castigado por los usuarios.
Parémonos a mirar los contenidos de los DLC por un momento. Vemos nuevas ropas, objetos de regalo, nuevos modos de juego, una nueva mazmorra, una nueva historia… lo único que hay, en definitiva, son bonus que se pueden obtener en el juego y modos para aquellos que, una vez completen la aventura, quieran más contenido, no se trata de contenido que cambie la experiencia de juego sino que la expande. Volviendo a los ejemplos del principio, es un caso similar a lo que hacen en la saga Souls, añadir más para el jugador ansioso sin dejar atrás al usuario satisfecho.
Aún quedan unas semanas para saber si The Legend of Zelda: Breath of the Wild será válido por sí mismo y descubrir si podrá cumplir con la titánica misión de resucitar a Nintendo, demostrar de qué es capaz Switch y mostrarnos el futuro nos tiene preparado esta gran compañía. Quizás me equivoque, y no me importará reconocerlo si llega el momento, pero hoy más que nunca pongo toda mi confianza en una Nintendo nueva y lista para sorprendernos como nunca antes lo había hecho.