Quién no ha roto más de un mando en la generación de PS2/Xbox jugando a algo tan bonito e ilusionante como un buen Pro Evolution Soccer, y digo más, quién no ha aprendido más de un insulto gracias a las partidas que nos echábamos con los colegas en casa del siempre temido anfitrión. Todos, absolutamente todos (y no hay otro término posible), hemos catado PES, el gran PES de antaño. Cuando ibas a quedar con un amigo, nunca decías “vamos a casa a jugar a la Play”, sino más bien, “¿nos echamos unos Pro?”, y acto seguido el receptor entendía a la perfección lo que querías decir: “vamos a quedar en tu casa para jugar a la consola, más concretamente a PES”.
Lo cierto es que, muy a nuestro pesar de los que crecimos con aquellos grandes juegos futbolísticos, más particularmente Pro Evolution Soccer 5 y 6, ahora lloramos al ver que Konami, la precursora de que Silent Hills se haya convertido en humo -si es que no lo era antes ya-, se está cargando esta mítica saga. Pueden ser varias las variables que hayan sacudido a la saga, de manera que en ámbitos externos FIFA haya sabido manejar y gestionar bien la generación pasada (PS3/XB360), o bien ha sido Konami la que ha perdido su liga cuando llevaban años siendo líderes (como Punto Pelota).
Que la saga FIFA haya aumentado en carisma, ventas y popularidad es un hecho como también lo es la decadencia sin frenos de PES. En PS3 y Xbox 360, Konami no supo aprovechar la ventaja de puntos que tenía con FIFA, el aquel entonces segundón. Con PES 2008 comenzó a perderse público por el camino para pasarse a FIFA. Si recordamos, la demo de PES 2008 vino realmente tarde, algo que era digno de sospecha, por lo que era irnos a lo seguro y comprar el juego, ya que nadie imaginaba lo espantoso que iba a ser. No sólo había fallos en la modalidad online, lo cual puede ser hasta comprensible en vista de que la generación del multijugador daba comienzo a los pocos meses, sino que jugablemente no supieron innovar -no digamos a nivel de gráficos-. Con PES 2012 y 2013 la cosa mejoró exponencialmente, aunque llegaron tarde, muy tarde, pues FIFA seguía imbatible en su liderato por la Liga, y además con muchos puntos de ventaja, pues no hay que olvidar que muchos de los jugadores que hoy en día juegan a FIFA (particularmente los que tienen más de 20 años), eran jugadores de PES, por lo tanto ese público que amaba el fútbol se ha visto con la obligación de pasarse a FIFA, un juego más estable si cabe en su modalidad online y con una jugabilidad renovaday exquisita.
La hecatombe llega con PES 2014, juego que a pesar de estar aquí la nueva generación de consolas, siguió apostando por la antigua con el Fox Engine como motor gráfico implementado (gracias Kojima), pero que a pesar de tener una mejoría sustancial, no era suficiente y el juego acabó siendo considerado como el peor de la saga, y cuidado que el calificativo es muy cruel. Era tan malo ese PES 2014 que hasta el jugador de turno de la portada se escondió de la misma, dejando paso al logo de la Champions, como si se tratara de un ‘quien la tiene más grande’ contra FIFA en lo que respecta al tema licencias. Lo cierto es que la intención de Konami era buena, pues consiguieron la exclusividad de ciertas ligas como la Brasileña o la Chilena, amén de garantizar las licencias de las mejores competiciones europeas. Pero las carencias jugables, sobre todo la bajada de frames, era tan notable que ese juego no podía jugarse. Me cuentan que hay un vertedero sólo con discos de este juego hecho añicos. Lo dicho, el hoyo que había pisado Konami era tan grande que los fans, los mismos fans incondicionales, estaban dolidos. Era un juego que pintaba muy bien por lo que se veía en las demos del E3, y sobre todo tras lo mostrado en la Gamescom. Lo fácil de PES es hypear al personal jugando con la ilusión de los mismos; pero más fácil es aún pegarte un porrazo tras ver que tu saga, la mítica saga a la que jugabas en tu niñez/adolescencia, sigue sin resucitar.
Sin embargo con PES 2015 la cosa ha mejorado notablemente. Sigue siendo un juego con carencias jugables, pero gráficamente ha sabido aprovechar el Fox Engine, sobre todo en nueva generación, siendo el primer juego de la saga en lanzarse para PS4 y Xbox One. La jugabilidad es notable, de hecho lo consideraron como el mejor juego deportivo en ciertos eventos. Era el primer juego de la saga de contar con actualizaciones semanales sobre el estado de forma de los jugadores -algo parecido a lo que ocurre con FIFA-, aparte de incorporar un modo muy parecido al Ultimate Team. Parece que este año Konami ha querido ir con todo haciendo un juego más sólido a nivel jugable, pero con algunas carencias toscas, en especial a la hora de tener el control sobre el balón, el cual no es fácil, te llames Messi o Escudero (con perdón a todos los ‘Escuderos’). Este es el verdadero camino para que Konami tenga la difícil tarea, ya no de recuperar a los fans que ahora están en el ‘otro barrio’, sino de captar la atención de los nuevos y más jóvenes que prácticamente han crecido con FIFA.
Pero las alarmas se han encendido con la reciente disputa de Konami con los derechos de Silent Hills (más conocido como Silenciando a Kojima). Si, sé que Kojima poco o nada tiene que ver con PES, pero si que tiene que ver el moto gráfico de su equipo, el Fox Engine. Hay rumores ‘muy pa dentro’, que afirman que no volveremos a ver otra nueva entrega de PES. Naturalmente son conjeturas y hay que tomarlas con pinzas, pero si nos molestamos en pasarnos por la web de Konami observamos como el logo de PES no se encuentra entre los juegos de la compañía, estando Metal Gear como único juego en disponibilidad. Esto sólo es un detalle, ya que en peores plazas han toreado el equipo de Pro Evolution Soccer, pero hay que hacerse a la idea que no son buenos tiempos para Konami, ya no en lo que respecta a los últimos acontecimientos con Silenciando a Kojima y cía, sino claro está con el no levantamiento de PES, de nuestro PES, de aquellos Isspro que disfrutábamos cuales niños que éramos. Ains, que buenos tiempos cuando uno se hacía pellas para ir a jugar a…a ir a la biblioteca.