El amor a un videojuego no tiene precio. El problema no reside en el amor depositado, si no como nos enfrentamos a ciertos videojuegos y sus criterios a la hora de ser lanzados al mercado. Tenemos como motor hacer populares ciertos juegos, independiente de gustos, criterios de compra, saga consagrada y demás parafernalia. Los videojuegos son una fuente inagotable de popularidad y muchos son de los videojuegos lo saben, son conscientes de este trato, aunque la ética a la hora de ser vendidos, sea insignificante, por ejemplo el actual modelo económico: Pases de temporada, contenidos descargables y packs de distintos tipos, para justificar que la compra esta bien hecha, amortizada y amordaza. El populismo tiene varias definiciones, es por eso que en los videojuegos, no es una única cosa solamente, para eso tendríamos que tirar muros de prejuicios, explorar ciertos juegos sin caer en la tentación (sobrevaloración o infravaloración) y muchas redes que en general, no interesa a nadie. ¿La razón? Porque ser popular no se hacen debates, ni discurso y eso es un problema, para ser tomados en serio, no solo como industria, si no como medio o arte.
Una de las lacras en los videojuegos, es la glorificación de obras que quizá no merezcan tanto bombo y platillo, en cambio otras se merecen un mayor reconocimiento, tenemos desde juegos ”retro” que se han evaporado con el tiempo, Triples A de distintas generaciones que no terminaron de darse a conocer en la audiencia y los innumerables juegos independientes que están repartidos en las mentes mas oscuras de aquellos creadores que se encuentran en el mas puro anonimato y no necesariamente, sus juegos se hayan puesto a la venta, por distintos motivos o quizá aquellos antes del fenómeno actual que vivimos hoy. La popularidad entre los jugadores, justifica, ata y entierra sin condición alguna, suerte que son pocos juegos que oxigenan la gloria y no son meros juegos que están enterrados y sellados (como algunos lo desean de forma tan ansiada, parece) pero esto a da lugar a la perdida de joyas, autenticas reliquias, y con este pensamiento que trata de condicionar aquellos que vean mas allá, de una portada, si no de su contenido, porque el fin es ese, disfrutar de los videojuegos, sin importa el nombre. ¿No es así?.
Pero el populismo esta muy lejos de alcanzar la sensatez, porque al final, lo que nos atrae son los videojuegos que ofrezcan esto. Hay anecdóticas cotidianas, mundanas, no las pongo en juicio, pero es el pensamiento actual de muchos jugadores (y que no comparto), sobre depender a que juegos tienes o que plataformas tengas, te etiquetan. Es cierto que los juegos online han traido un publico muy jovial, casi diría que menor a la edad recomendada, y estos justifican sus juegos con aquellos que compran otros, para meterse con ellos o instruir en sus gustos. ¿Cual es el limite? ¿Qué se gana con condicionar a los demás? Vale que la ecuación vuelve a ser la misma, cada uno compra lo que quiere, pero entre medias están los seguidores del populismo y estos arremeten con sus compras y las justifican a toda costa. Una autocritica necesaria como urgente, que nos puede llevar por el mal camino, todavía estamos a tiempo, solo hay que ver como se mueve el mercado para darse cuenta.
Y bien otra de las lacras mas cotizadas y por lo tanto mas respetadas del populismo, es la justificación a todo. Imaginen como es este pensamiento que funciona tan descaradamente bien, por ende son aquellos ”vox populi” (y todos hemos pecado, nadie se salva o se salvara) que por razones fuera de lugar, tratan de convencer al resto, y este logro que se ha ido ganando a pulso entre la ”Old Gen” y ”Next Gen”, casi como si fuera necesario que en cada juego, a ver participado en ciertas estrategias fuese valido, porque justificar el global de un juego o de varios equivale, en poner a calibrar las malas practicas, que entre unos y otros, han puesto en marcha, por supuesto será tarde para poner freno, porque con esta creencia popular, hace cualquier cosa relativamente (o quizá no tan relativa) sea total, completa y absolutamente justificable, en otras palabras, justificamos este comportamiento con las compras, precios y nuestro propio, sin preguntas y alternativa, y si agregamos el nombre de un videojuego famoso alimenta mucho mas esta idea, hasta el punto, que nos ponemos un pañuelo en la cabeza y con un giro en el cañon, esperamos a nuestra compra, así para retornar a lo anterior.
Por supuesto esto no terminar aquí, el populismo tiene otras ramas, otras bifurcaciones, que nos llevan a pensar lo siguiente: ”Validez de la compra”. Desde un punto de vista de la consumición, carece de valor, porque es un producto ”fresco” dispuesto a ponerse a la venta, pero desde un punto de vista (natural) comercial, hacer que esta validez sea consumida, tiene sus efectos o también defectos. Es clásico utilizar cierto videojuego popular y preguntarnos entre todos: ¿De ser otro creativo o empresa, obtiene el mismo valor o pasa totalmente desapercibido?, el actual populismo se mueve entre incondicionales, nublando el criterio, nublando las ideas, nublando las dudas. Los muchos videojuegos que acompañan con un poderoso marketing a sus espaldas, justifican sus movimientos con sus acciones (y a veces, sin pensar en las consecuencias, aunque son conscientes, por supuesto) pero entre los jugadores, esta validez es de forma natural, otra forma de justificar los costes del juego, aunque luego sea una obra paupérrima, sin sentido y quizá no termine de convencer, el populismo, es capaz de agarrar al contrincante, tirarle al suelo y humillarse, (obviamente no se trata de una rivalidad), porque lo que vale es la compra, y se justifica por todos los medios, sean cuales sean, claro que ese terreno se diluye entre amantes de una única plataforma, amantes de un único juego y demás derivados, pero no sucede en todos los casos.
¿Qué podemos hacer? Disfrutar de los videojuegos, tratar de ser críticos, respetar opiniones ajenas y tener ciertas valoraciones sensatas, lo mas cercanas a la realidad de los productos que nos llegan, como de nuestros bolsillos, el populismo es una de las creencias populares mas respetadas del mundillo, nadie es idiota, sabe lo que quiere, pero este comportamiento se justifica, tanto como el imponer opiniones (en gamelegant.com se respeta las opiniones de cualquier tipo), valorar la industria del videojuego, esta genial cuando se hacen frases para el recuerdo, pero esta moneda tiene dos caras, verla es cuestión de quienes la lancen, las recojan y por ultimo miren en que lado a caído, aquellos que se creen jugadores o que dicen serlo, en variadas ocasiones justifican esta creencia, que laurea ciertos comportamientos y el que final lo terminamos pagando, somos nosotros (y nuestros bolsillos ¿por que no?), el populismo se ha integrado y es por eso que lo justificamos, pero si hay una lucha, entonces tendremos una causa, porque al final, seremos nosotros quienes perdamos, nosotros tenemos el poder de cambiar y entre otros, aportar una nueva visión, porque justificar el populismo, es justificar ciertos aspectos negativos, que nos afecta a todos.