El mejor escenario para un shooter: La Segunda Guerra Mundial

La saga Call of Duty regresa al entorno que la vió nacer

El shooter en primera persona tal y como lo conocemos hoy en día tiene su germen en Wolfenstein, un videojuego para PC ambientado en un castillo repleto de nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Después le siguieron shooters de ambientación futurista como Doom o Quake mientras eras remotas también eran tratadas en videojuegos como Heretic. Este género de los videojuegos vivió un auténtico boom durante el principio de los años 90. En tiempos más recientes asistimos a la evolución de los shooters hacia una ambientación más realista buscando conflictos en el presente e incluso nuestro futuro cercano y a pesar de las peticiones de los fans de ciertas sagas multitudinarias, ha costado bastantes años un regreso a los albores del siglo XX y actualmente retomar los campos de batalla tan bien documentados de la Segunda Guerra Mundial.

Call of Duty no ha sido la primera en dar el paso, la saga Battlefield ya nos devolvió al pasado a finales de 2016 cuando lanzó Battlefield 1 y nos puso en la piel de los todavía caballerosos combatientes de la Gran Guerra, la que estaba destinada a acabar con todos los demás conflictos, nada más lejos de la realidad, la Primera Guerra Mundial. Ahora se ha anunciado que Call of Duty regresará a la Segunda Guerra Mundial mediante un título cuyo nombre no es precisamente muy original, Call of Duty World War II. La última incursión de la saga de Activision en el conflicto que tuvo lugar desde el 1 de septiembre de 1939 hasta el 2 de septiembre de 1945 (un total de seis años y un día), tuvo lugar con el lanzamiento de Call of Duty World at War, una propuesta muy interesante que nos llevó a combatir contra los japoneses en las islas del Pacífico representando a un soldado norteamericano y contra los alemanes a través de Europa Oriental en la piel de un soldado ruso. Quizás un tanto reducido si tenemos en cuenta la gran cantidad de hechos y batallas que han alcanzado la categoría de épicos durante tamaño enfrentamiento bélico.

Si nos atenemos a lo que cuenta la historia escrita, la Segunda Guerra Mundial fue la primera confrontación que tuvo lugar en todos los continentes a excepción de la Antartida. Los combates se iniciaron en Europa con la invasión de Polonia por parte del ejército alemán y pronto se extendieron a Sudamerica con la batalla del Mar de la Plata entre buques de la armada británica y un acorazado de bolsillo alemán, el Admiral Graf Spee, frente a Montevideo (Uruguay), el norte de África con enfrentamientos entre tropas alemanas e italianas contra británicos, el sudeste asiático con la expansión japonesa en lugares como Singapur o Filipinas e incluso tuvo una remarcada importancia en Oceania, donde los combates entre japoneses y norteamericanos tuvieron lugar en numerosas islas del Océano Pacífico.

Dada semejante variedad de escenarios no es de extrañar que la Segunda Guerra Mundial haya sido uno de los conflictos más explotados en cuanto a la realización de videojuegos de todo tipo de géneros, desde la simulación aérea a la estrategia por turnos o en tiempo real, aunque su mayor espectacularidad la ha alcanzado en los shooters. Poder participar en el Desembarco de Normandia peleando por cada metro de playa, tomar parte en la Batalla de Stalingrado armados con un fusil y un sólo peine de balas, correr de un crater a otro producidos por el bombardeo naval mientras nos acercamos a la toma del monte Suribachi en la isla de Iwo Jima o asaltar la Cancilleria de Reich alemám en los últimos estertores de la Batalla de Berlín que acabaría con el régimen nazi, son los ejemplos más visuales y significativos que hemos podido revivir mientras tomamos el papel de diversos soldados en un videojuego.

Pero eso no es todo en un conflicto de unas dimensiones tan descomunales y que acabó con las vidas de millones de personas en todo el mundo, con una estimación que va desde los cincuenta a los setenta millones de víctimas entre militares y civiles. En cada rincón donde se combatió se puede hallar una historia que contar, una desgracia, una heroicidad, un combate reseñable y relatos de la mayor miseria humana. Cada ejército puede contar con su momento reseñable en cuanto a estrategia militar se refiere. La guerra se suele contar desde el bando de los vencedores y en los videojuegos pocas han sido las veces que hemos podido tomar el papel de un soldado alemán, uno japonés o uno italiano, con las escaramuzas que ello nos llevaría a vivir. La toma del fuerte de Eben Emael en Bélgica por parte de paracaidistas alemanes o la toma de la isla de Creta por esos mismos soldados, la toma de Singapur o los combates en la selva de Nueva Guinea con los japoneses o participar de ser un miembro del ejército italiano en la División Ariete en el norte de África o defender la abadía de Montecassino en una colina a 130 kilómetros al sur de Roma.

Call of Duty World War II nos devolverá a los viejos lugares donde ya hemos combatido una y mil veces y promete llevarnos al Desembarco de Normandia para que comience el principio del fin de la Alemania gobernada por Adolf Hitler. Esperemos que no sólo revisitemos partes de la historia que ya conocemos por la cultura popular que nos ofrecen los videojuegos, que los guionistas tengan a bien profundizar en los archivos del mayor conflicto armado que ha conocido la humanidad hasta el momento para poder conocer otras historias que aumenten nuestro conocimiento acerca de lo que fue y supuso la Segunda Guerra Mundial. Una guerra que tampoco pudo terminar con los conflictos entre los paises del mundo, que creó nuevos enemigos entre los que antes fueron colaboradores necesarios y que aun a día de hoy persisten en una escalada global de violencia que algunos días parece acercarnos un poco más a una Tercera Guerra Mundial antes de que aprendamos de una vez de la estupidez que rige sobre la humanidad.