Si el siglo XIX fue marcado por el noble arte de la literatura y el XX por el nacimiento y desarrollo del cine ¿Qué pasa en el siglo XXI? Cuando Erick Zimmerman hizo su Manifesto en Kotaku, aclamando que este siglo, el supuesto siglo lúdico, se vería marcado por los videojuegos, se hicieron puntos válidos, como que cada vez se vuelven mayor parte de la sociedad, o que gracias a que vivimos en la era de la información este medio es mucho más accesible de distintas formas, hasta dijeron lo obvio y hablaron de cómo por cada día que pasa, se reconocen a los videojuegos como medios válidos de narración que pueden comunicar mensajes importantes mediante sus propias características.
Se trató un punto en específico que decía que de ahora en adelante, cualquiera pensaría como un diseñador de videojuegos. Que cualquiera podría fácilmente hacer un videojuego ya que se basaban en pensamientos lógicos así como en la interacción y las ganas de modificar los caminos. Pero no se tomo en cuenta el hecho de que hacer videojuegos es algo increíblemente tedioso por más pasión que tengas por tus sueños.
Si se van a la sección del final y leen mi descripción de autor, sabrán que “en secreto” soy un aspirante a crear videojuegos. Y aunque no lo parezca, cuando no estoy escribiendo artículos, ayudando con esta web, jugando para analizar o haciendo mis deberes personales, estoy aprendiendo a programar videojuegos. Y aunque no es tan difícil como creía en un principio, sin duda alguna es una labor tardada. Aprender un lenguaje completamente nuevo basado en códigos, lógica, matemáticas y números puede apartar a muchas personas. Y lo comprendo.
Muchas personas que quieren aprender a hacer videojuegos porque les gusta mucho jugarlos, no toman en cuenta que un videojuego requiere de un gran trabajo por detrás. Se pueden llegar a presentar inconvenientes en el software y en la programación; debes cuidar los bugs, errores, probar, eliminar, agregar, quitar, comprimir, editar, y otros verbos más. El arte es considerado como el opuesto de la ciencia. De un lado del espectro tenemos al alma y la humanidad, y del otro tenemos a la teoría, la objetividad y la perfección. Y lamentablemente, hacer videojuegos se aproxima muchísimo a una ciencia. Es un proceso de lógica, de pensar correctamente bajo las reglas del sistema en el que estás haciendo el proyecto. Esta idea, inclusive, se ve manifestada en la forma popular de analizar videojuegos. Pero no debería ser así. El arte debe ser una expresión del corazón humano; una extensión del psique.
Inclusive programas que hacen de la programación algo mínimo al dejar enfocarte en trabajar en el diseño de niveles y los modelos de personajes, requieren que sepas manejar un sistema: una lógica de computación. Yo quiero dedicarme al diseño de videojuegos, no a la programación, pero lamentablemente, para que un videojuego llegue a la vida, necesitas de esa programación. Y si eres independiente, lo más probable es que tengas que aprender a hacer ambos labores por tu propia cuenta. Si comparamos el proceso del desarrollo de videojuegos con el proceso de dar vida a otras formas artísticas, vemos que el nuestro es el más complicado. Si quieres escribir un libro, sólo necesitas una pluma y papel. Si quieres hacer un cuadro, sólo requieres un lienzo y un pincel. ¿Quieres bailar? Tienes a tu cuerpo. ¿Música? Tu boca y manos. Si quieres hacer una película, sólo necesitas una cámara y ya tienes lo básico. Hay una desventaja clara para los videojuegos. Pero también hay una desventaja para las otras artes, solamente que ya ha sido contra-atacada.
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No puedes hacer un libro si no sabes leer y escribir. No haces música sin aprender a tocar un instrumento. No haces una película sin un equipo que tiene conocimientos en la iluminación, edición de video o uso de las cámaras. No puedes dedicarte a la arquitectura sin hacer cálculos matemáticos, sin saber en qué se van a sostener los cimientos del edificio o cómo se van a dividir los espacios. Pero muchas de estas disciplinas son enseñadas en muchas escuelas, son parte íntegra del núcleo de la sociedad. Desde que tienes consciencia te enseñan a escribir, más tarde necesitas cantar para entonar el himno de tu localidad, uno se sabe cómo manejar de la forma más básica una cámara gracias a que son parte de los teléfonos modernos, y las matemáticas que necesitas para diseñar un edificio, las aprendes desde el primer año escolar. Pero no se enseña programación en las escuelas.
Ahí está la diferencia.
A lo que más voy a comparar el proceso de desarrollar videojuegos, es a la arquitectura. Para hacer un edificio, necesitas tener conocimiento de muchos factores matemáticos; debes conocer el ambiente en donde vas a construir, tienes que hacer cálculos muy milimétricos sobre cuánto va a medir cada cosa, en qué se van a apoyar los elementos que constituyen la construcción, cómo van a reaccionar los unos a los otros debido a su peso, etcétera. Puesto de esa forma, el construir estructuras parece una ciencia. Sin embargo, todos estos conocimientos sobre las matemáticas y la física funcionan meramente como un pincel para que puedas expresarte de la forma que quieras. Lo mismo pasa con la programación; una vez que sabes lo suficiente, puedes usar todas esas líneas y códigos para hacer lo que quieras con ellos. Es como esa frase que tanto se suele oír en películas o series de televisión cuando alguien intenta aprender a tocar un instrumento: Primero debes aprender las reglas musicales para después romperlas a tu propio gusto.
El arte debe ser una expresión del corazón humano
Pero volvemos al punto anterior: el gran problema es que no se enseña la programación en las escuelas. Es cierto que la programación se basa en la lógica, y si eres un poco inteligente, aprendes a cómo manejar las cosas en poco tiempo, pero gracias a que es visto como esa cosa de nerds, como esa cosa que estudian solamente los que usan lentes, es visto más que nada como una ciencia, como una especialización muy técnica, no como un arte. Pero si esto fuese diferente, si fuese parte de la cultura general, podríamos llegar al punto en el que todo este proceso se podría ver como esa pluma lista para poder plasmar las ideas en un papel. Se podría aceptar que la creación de videojuegos es un espacio libre para que el autor se exprese como él quiera hablando de temas personales y exponiendo ideas creativas, no nada más como una herramienta para desarrollar sistemas de ganar y perder para que un usuario anónimo se pueda divertir en un mundo ficticio.
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Ese es uno de los mayores inconvenientes de este medio (claro, fuera de su comunidad). Tenemos a grandes motores como Unity 5, Unreal Engine 4 y Source 2 que están saliendo gratis al público. Eso es un gran paso hacia adelante para que los desarrolladores independientes puedan sacar videojuegos con calidad de Triple A mientras se mantienen las ideas frescas. Pero ahora que estos programas son gratis y están abiertos a todos, el siguiente paso es empezar a hacerlos más aptos para la persona que no sabe nada de desarrollo de videojuegos. La programación debe simplificarse, a la vez manteniendo su profundidad. Si no van a enseñar programación en escuelas normales, ¿al menos no se podría crear un lenguaje de computación menos científico y más humano? La verdad es que no sé mucho de este tema. Puede que haya un programador de verdad leyendo esto y quizá se esté riendo de lo que estoy diciendo, pero nunca viene mal añorar un futuro diferente para el medio ¿o sí?