Cuando los videojuegos leyeron 1984

Poco a poco, hemos visto nacer o mejor dicho crecer una tendencia muy positiva en los videojuegos. No importa que fuesen Triples A como el memorable Spec Ops The Line o juegos independientes como Papers, Please o juegos de menor calibre pero no menos importante RIOT que esta basado en hechos reales. La disconformidad del medio frente al ultraconservadurismo del mismo, es todo un problema, quizá mayor que las propias políticas que nos imponen por ser unos servicios costosos, pero en todo caso sigue siendo problema de todos.

La actual tendencia es generosamente positiva, incluso Hideo Kojima ha captado el mensaje tras la opción jugable en Metal Gear Solid V al ofrecer al jugador un arma nuclear en base para concienciar a las mentes mas puritanas, llenas de vísceras, de casquería y sin remordimientos, todo un progreso para un creativo que siempre ha sido en sus juegos antibelicista, Metal Gear Solid es el legado mas preciado que tenemos y que los jugones pueden recuperar, si no vemos a Solid Snake como el próximo héroe, si no con un mensaje mordaz y critico sobre la situacion que vivimos en la actualidad o nuestro pasado.

Es buen momento de cuestionar, plantear o ser transgesor en lo que transmiten, no formar parte de un sistema medido y calculado donde los juegos son enfocados con ciertas declaraciones que viene eclipsadas a la diversión multiplayer y que no supone preguntar al jugador o mejor dicho plantearse detenidamente si los videojuegos son algo mas que un medio proporcionado de diversión, sensaciones múltiples, el amor por hacer argumentos y que estos validen su compra, es igual de valioso como el transmitir un mensaje y que no se vea alterado por el uso del sistema que tanto daño hace. (publicidad engañosa o mentiras al consumidor, una lista muy larga que pocos dudan en preguntar).

El problema no reside si lo hacemos o no. El problema reside que nuestra disconformidad suele ser vaticinada por los cambios, como el cambio de Dante y no por su mensaje ¿En serio que no hay obras de ciencia ficción donde salen máquinas y valoran la vida, por ejemplo? Es cierto que es un Hack and Slash pero ¿Acaso en la novela ”El Señor de los Anillos” siendo del género fantasía no plantea o cuestiona actitudes de nuestro tiempo? Es una realidad que los videojuegos cada día están tomando conciencia en lo que narran, en lo que discuten o en la forma de hablar al jugador, el problema que eso no lo consumimos ya que el atractivo de los juegos y es una lacra tendencia es la publicidad sobre estos.

Algunos obstaculizan pensar de esta forma, los amantes de plataformas impiden que esta clase de progresos sean bendecidos por los jugones, mientras muchos aun consumen videojuego, porque consideran que es un medio exclusivamente de entretenimiento, considero que los videojuegos son ”algo más”, esta clase de juegos demuestra que no solo somos arte interactivo, si no que hace sólido el transmitir ciertos mensajes, sin descuidar otros apartados y en el caso de hacerlo como en Deadly Premonition procuran que llegue ese mensaje de forma inmediata, sin entorpecer los valores, no solo constituye ser un simple Survival Horror, también obliga al jugador a plantear ciertos aspectos y es nuestra vulnerabilidad lo que hace ser tan único a esta aventura.

1984 la novela de George Orwell abre la mentes, los videojuegos han demostrado que son una fuente inagotable de conocimiento, de poder, de argumentos que nos hacen recordar siempre, sin embargo después de varias décadas los jugones rechazamos inmediatamente (no es mi caso) estas propuestas, estas narrativas, esta clase de juegos no ignoran lo que pasa, lo que sucede a nuestro alrededor y pese a todo no es suficiente, porque no cuestionamos nuestro actual sistema de valores o si el consumo en masa es factible. No debemos permitir formar parte de un sistema que solo busca masivos ingresos, emociones fuertes sin sentido y que el jugador no respete otras formas de expresión.

¿Acaso quieren ser la oveja del rebaño?
En mi caso, no. Hagamos posible el cuestionar la industria, sin eclipsarnos entre insultos.