Hace unos días, navegando por internet, me encontré con uno de esos típicos videos que se suelen publicar en las redes sociales, la clase de videos que suelen contener tops de cualquier ridiculez. Mi curiosidad me llevó a darle click a un video titulado “Los 10 lugares que debes visitar antes de que desaparezcan” y después de 9 lugares bastantes curiosos, llega, a mi sorpresa, el primer puesto.
La gran ciudad histórica, Venecia, se ha estado sumergiendo lentamente desde que se construyó, pero a partir del siglo 19, la cantidad de inundaciones subió a un máximo de 10. Ahora, un siglo más tarde, Venecia se encuentra sufriendo más de 60 inundaciones anuales, haciendo que la ciudad se hunda 2 milímetros cada año. Venecia se hundirá por completo en los próximos 70 años. Una ciudad de su magnitud, desaparecerá de nuestro planeta, y en el futuro, la gente sólo la podrá conocer mediante descripciones en libros y algunas fotos.
¿O no?
Ya era hora de aclarar qué tenía que ver todo esto con los videojuegos. En cuanto terminé de ver aquél video, pensé hacia mi mismo: “Pues al menos Assassin’s Creed II la mantendrá viva gracias a su increíble recreación'” y ahí fue cuando me puse a pensar que los videojuegos, con sus increíbles capacidades de inmersión en mundos digitales, pero a la vez creíbles, hacen poco para mantener vivas épocas completas para la posterioridad.
Cuando en el futuro quieran estudiar la sociedad americana de los 2010’s, pueden poner Grand Theft Auto V y observar de cerca, cómo era Los Ángeles en aquellos tiempos, cómo se comportaban los ciudadanos (o por lo menos una parodia de ellos) y el zeitgeist del momento. Así mismo pueden acudir a los otros grandes juegos de Rockstar y explorar virtualmente a Nueva York en GTA IV, otra vez a Los Ángeles pero desde la perspectiva de los años 90’s gracias a San Andreas, o pueden visitar el Miami de los 80’s en Vice City. Quizá quieran ponerse en los zapatos de los últimos cowboys del oeste de Estados Unidos en Red Dead Redemption, o adentrarse en la personalidad de un detective que salía de la segunda guerra mundial sólo para volverse en un policía de … sí, Los Ángeles.
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O también nos podrían ir un poco más atrás, y acudir al medio oriente de la época de las cruzadas gracias a Assassin’s Creed; podrían visitar Florencia, Roma y otras localizaciones de Italia gracias a AC2 y su secuela. También pueden ir a Constantinopla (hoy Istanbul) en plena época de cambios socio-políticos que afectarían para siempre a la ciudad. ¿Quizá les interese más lo que hay del otro lado del globo? El Nueva York y Boston de las colonias ahora tienen una recreación digital en AC3. El Caribe de la época de los piratas estará siempre vivo en ACIV Black Flag, y el París de la Revolución Francesa estará siempre accesible para las personas que quieran vivir de cerca las grandes revueltas que se pelearon por los ideales que cambiarían para siempre al mundo.
¿A qué voy con todo esto? Los videojuegos pueden ser grandes herramientas para aprender y revivir historia. ¿Lo lamentable? Que la mayor parte de los videojuegos se enfocan muchísimo en hacer ciudades increíbles y fantasiosas. Queremos explorar el espacio, ir a mundos ficticios y escapar del nuestro, y no estoy diciendo que deberíamos de dejar de hacer esas cosas; lo único que pido, es que hayan más videojuegos que sean capaces de encapsular a una época designada, en una experiencia prácticamente inmortal.
Pero esto no sólo se trata de recrear ciudades de forma estética, necesitamos que estos videojuegos sean capaces de hablar sobre los problemas de las sociedades que intenta revivir. Que hayan más juegos como Riot, que le enseñen al futuro sobre los problemas políticos que existen hoy, 2015, en nuestro mundo, y menos desastres como Watch Dogs, el cual, a pesar de haber recreado a la ciudad de Chicago de una forma impresionante, falla a la hora de hablar sobre la paranoia (o la falta de) y los peligros que rodean a las tecnologías que se levantaron a comienzos del siglo 21.
Por supuesto que estos videojuegos no sólo tienen que cumplir un propósito histórico, también pueden tener una historia, mecánicas entretenidas, y por supuesto, todo lo que viene con los juegos de Rockstar y Ubisoft respectivamente. Lo único que peleo en este texto, es el que hayan más juegos de esta índole, y que si los van a haber, que sean piezas que en el futuro, puedan ofrecer una ventana a la época que estamos viviendo.
Podría parecer ridículo, pues los libros siempre nos han enseñado sobre historia ¿para qué cambiar eso a estas alturas? Mientras hemos ido inventando nuevas tecnologías, hemos podido enseñarle mejor a las nuevas generaciones lo que ha venido antes en la historia. Si antes los textos y pinturas nos daban una idea sobre cómo eran las cosas, la fotografía después nos daría una imagen exacta y las películas nos dejarían conocer a las personas dentro de esas fotos, ahora los videojuegos nos están extendiendo la mano y nos están diciendo que en vez de ser espectadores de la historia, podemos vivirla y experimentarla de primera mano.
Tengo el presentimiento de que la mayor parte de los videojuegos seguirán apostando por ambientaciones de fantasía y ciencia ficción. Supongo que no importa mucho al final. Por lo menos Venecia ya ha sido salvada, y el día que se hunda completamente, las nuevas generaciones del siglo 22 podrán seguir visitando a la hermosa ciudad de los canales navegados por góndolas gracias a un medio que les deja interactuar directamente con ella.