El título de Square Enix deja más sombras que luces
[amazon_link asins=’B00D3K6L8E’ template=’ProductAd’ store=’gamel-21′ marketplace=’ES’ link_id=’9e99cee3-3bec-11e7-a6c2-f13f69637c92′]
A finales del año pasado llegaba al mercado videojueguil el alargado Final Fantasy XV, un título cuyo desarrollo se remonta a más de 10 años atrás y que, como a muchos fans de la saga les habrá pasado, vino con más nostalgia bajo el brazo que calidad. Antes de comenzar el presente artículo, me gustaría decir al lector que ahora mismo esté regalándome su tiempo para ojear estas palabras, que esto no es un análisis del título, tampoco es un ‘aquí hay spoilers por un tubo’, sino que es un mero artículo que versa sobre mi opinión particular de un juego que, como a muchos, me ha dejado con distintas vertientes y sabores que procedo a describir.
Si alguien me pregunta, “oiga, ¿qué le ha parecido FFXV?”, francamente, no sabría qué responder. Soy uno de esos soñadores que gozó con aquel tráiler inicial del anticuado Final Fantasy Versus XIII y que, cuya temática, enamoró desde su primera visualización. Aquella épica canción de título Somnus Memoris aún resuena en mi cabeza, y obviamente, en el último episodio de Final Fantasy XV, cuando sonaba de fondo mientras avanzabas con Noctis (el protagonista del título), los pelos se te ponían como escarpias. Debo reconocer que Square Enix juega muy bien con nuestros sentimientos, y eso me da un poco de miedo.
FFXV tiene muchas cosas buenas, es un buen juego, pero ni mucho menos es un buen Final Fantasy, y es aquí donde realmente radica el problema, el quoi de la cuestión. Puede ser que me considere una persona excesivamente selectiva, exigente con los videojuegos, pero ostras, es que FFXV tiene más de 10 años de desarrollo…Eso no lo ha firmado ni el mismísimo The Last Guardian, ¡no digo más! Con tantos años a su espalda, con más motivo y justificación debes de mostrar un título cuya epicidad trascienda los sentidos. Me ha dejado muy frío este juego, al que particularmente diversifico en dos partes: una primera parte (concretamente hasta el episodio 8) donde la libertad y la exploración están garantizadas, y una última parte (hasta el episodio XV) donde el juego se torna brusco y promueve un giro argumental que ni James Cameron.
Uno de los pilares de los videojuegos que considero fundamentales, es el argumento, y Final Fantasy XV peca de no tenerlo. El enfado que me proporciona ello es tal, que realmente podríamos haber estado ante algo muy grande, de proporciones épicas. Una historia que nos podría haber hecho sumergir en una realidad paralela y vivir las aventuras de Noctis y sus amigos casi en primera persona. Pero no, se ha quedado en un juego con su inicio y desenlace, nada más. Ni un punto intermedio. El juego nos presenta una serie de personajes muy interesantes cuyo protagonismo ha sido meramente superficial. Si alzamos la vista hacia atrás, vemos cómo los Final Fantasy en general siempre nos han presentado muy bien a todos y cada uno de sus personajes, pero la décimo-quinta parte sólo nos mostraba las hazañas de Noctis, el protagonista principal. No teníamos ninguna premisa de personajes tan importantes en el argumento, como el de Lunafrena (cómo me cabrea que de ella no se haga ninguna mención pese a la importancia de su presencia en el reino de Tenebrae), Aranea (una mercenaria muy interesante) o incluso Regis (el Rey de Lucis, que tan sólo aparece en dos ocasiones). Si habéis jugado al título, sabréis de lo que hablo. Para poder entender realmente la historia que plantea FFXV, es necesario haber visto y leído sus producciones al margen del videojuego, y eso es algo que, personalmente, no tolero demasiado. Puedo entender que un estudio opte por explicar algo más de la historia a modo de cultura general, como ha ocurrido con los libros centrados en la saga Halo o incluso con The Witcher, pero cuando la historia no tiene sentido en el videojuego, y cuyo entendimiento transciende a completar también con el visionado de su película o la lectura de su libro, entonces ya estamos hablando de ostra historia.
Sí, es cierto que hay exploración en este Final Fantasy XV, pero os puedo asegurar que no es tanto como dicen. Corremos por el basto mundo (insisto, hasta el capítulo 8), ya sea en coche, Chocobo o a pie, y aunque visualmente estemos ante algo grande, con unos parajes que ya quisieran otros juegos, y con infinidad de criaturas y bestias, lanzo una pregunta muy simple: ¿dónde están las ciudades? En todo el juego visitamos una sola ciudad, ¡una! Por el amor de Bahamut, recuerdo jugar a Final Fantasy IX donde realmente viajabas por todo el mundo, aprendiendo de otras culturas, un viaje que perfectamente podría haber estado transcrito en un libro. Este FFXV, pese a tener exploración, realmente se queda en algo anecdótico, falso, inherente.
Dichas estas principales premisas negativas que le he visto al juego, me hace replantearme muy seriamente lo que ha estado haciendo Square Enix durante estos 10 años, si creando un Monster Hunter en potencia o un Final Fantasy de verdad (esta segunda opción, queda claramente descartada en favor de la primera). De verdad os digo, me siento molesto, muy molesto de haber estado esperando 10 años al…¿Final Fantasy definitivo? Realmente tampoco sé muy bien lo que esperaba de FFXV tras haber jugado a verdaderas joyas como FFVII, IX o X.
También me hace pensar en si los estudios invierten demasiado en el aspecto visual, en mostrarnos el envoltorio de un paquete sin ninguna arruga y con muchos detalles y adornos, pero cuando lo abres, te encuentras una sensación vacía que te hace quedarte inerte con el mando entre las manos. Cierto es que antiguamente se invertía más en el argumento, en pequeños detalles que los hacían ser muy grandes, en definitiva, se centraban más en aspectos argumentales con el cuidado que ello conllevaba, en lugar de en lo visual, pero vuelvo a resaltar: 10 años han estado, supuestamente trabajando. Oiga, menos mal que el estudio no se lucra de mis impuestos.
No se me malinterprete, no quiero hacer el típico artículo de opinión de ‘gráficos VS historia‘, está demasiado visto, pues esta generación (más aún la anterior), nos ha demostrado que un juego bonito puede ser a su vez sensacional a nivel argumental, véase el caso de The Last Odyssey (Xbox 360). Pero sí que quiero focalizarme en el mimo de las desarrolladoras a la hora de hacer un videojuego, donde ahora se da hay una mayor inversión tanto de tiempo como de economía, y no tanto en ofrecernos algo épico, algo que realmente nos llegue a divertir y a emocionar a la vez. Algo que nos haga sumergirnos en un mundo como los de antaño, que siendo tan simplistas y con cuatro cosas en pantalla, nos mostraban culturas de las cuales queríamos aprender más. En definitiva, algo que cuando aparezcan los créditos, denote perplejidad tras la experiencia tan sensacional que hemos vivido. Este Final Fantasy XV lo tiene todo, pero no tiene nada de Final Fantasy.
Cutty Flam
Esto ya no es Final Fantasy, puede ser un buen título pero no un Final Fantasy. Llevar ese nombre significa combates por turnos (ya sea a tiempo pausado o con el característico sistema de batalla en tiempo activo), unos personajes muy bien definidos y cada uno con un complejo trasfondo, una historia épica y que sea capaz de emocionarte con cada uno de los grandes acontecimientos que sucedan, libertad para explorar el mundo, un sinfín de misiones secundarias y minijuegos (alguna vez de lo más tediosos, por cierto) para conseguir las armas más poderosas, las invocaciones… No sé, la verdad es que no puedo entender a Square Enix. El 90% de sus usuarios les piden un Final Fantasy de corte clásico y ellos siguen empecinados en esto. A ver qué sale de ese esperadísimo remake del FF VII con combates en tiempo real y que verá la luz por episodios.
Yo, personalmente, he llegado a esta saga hace poco. De momento me he pasado el IV, el VI, el VII, el VIII y el X. Cada uno tiene sus cosas buenas y malas, pero en todos ellos ves esa esencia de “fantasía final”, esa sensación mágica que sientes al pelear contra un boss o disfrutar de una cinemática con una banda sonora espectacular. Si tengo que quedarme con uno, tendría serias dudas entre el VII y el X. Y le tengo muchas ganas al IX que, por lo poco que he visto, creo que me va a molar mucho.
Buen artículo, compañero.
Alex Langendijk
Celebro que compartamos opinión, compañero. Tan sólo un apunte: el sistema de combate por turnos se aplicaba en los anteriores FF sencillamente porque no había maquinaria o potencia suficiente como para hacerlo a tiempo real. Entiendo que los combates por turnos estén muriendo, es una crónica de una muerte anunciada, véase FFXII, donde el cambio brusco de estos combates se da de manera significativa. Los combates de este FFXV no me han parecido malos, al revés, están interesantes, en plan Kingdom Hearts, pero como dices, no he percibido la esencia de un FF tanto argumental como en la exploración. En cualquier caso, si te interesan juegos más recientes de combate por turnos, te recomiendo Lost Oddyssey (Xbox 360), título al que no se le dio bolo alguno y que resultó ser una joya oculta de la generación pasada.
Gracias por la lectura, ¡saludos!
Cutty Flam
No tenía ni la menor idea sobre eso que me has comentado del sistema de combate por turnos pero, en cualquier caso, a mi me tira muchísimo más. De todas formas, mientras se mantuviese la esencia en los demás aspectos no le haría ascos a combates en tiempo real.
Y respecto a lo del Lost Oddyssey, lo conseguí totalmente gratis a finales del año pasado vía Xbox Live y lo tengo reservadito para este verano jejeje (aunque ya he jugado las primeras horas y me ha parecido la leche).
Saludos.