La idea se descartó por la dificultad de su desarrollo
Feargus Urquhart, director ejecutivo de Obsidian, ha revelado que al principio del desarrollo de Fallout: New Vegas, la compañía quería introducir distintas razas jugables en el título siguiendo los pasos de The Elder Scrolls. Aunque esta idea nos habría encantado, finalmente decidieron desecharla por las dificultades que suponía llevarla a cabo.
“Originalmente teníamos una idea en la que el jugador podía ser un humano, un necrófago o incluso un súper mutante, pero el motor…. Básicamente todo tenía que ver con las armaduras y las armas y en cómo estas funcionaban. Intentamos integrarlas dentro de la naturaleza de los necrófagos y súper mutantes, pero Bethesda se dio cuenta de que todo esto iba a ser una auténtica pesadilla”.
Al parecer, la integración de las armas y armaduras en las razas no humanas fue un tema bastante complicado, así que decidieron tomar otro camino como les recomendaron desde la compañía. Finalmente, desarrollaron el Fallout que todos conocemos. No pretendían realizar una secuela de la tercera parte (ese trabajo le correspondería a Bethesda), sino un juego con identidad propia dentro de la franquicia siguiendo el estilo de otras sagas como GTA.
Por otro lado, Feargus Urquhart afirma que, en un principio, el título del juego iba a ser Fallout: Sin City, pero al final se decantaron por Fallout: New Vegas. ¿Con qué nombre te quedas? ¿Te habría gustado ponerte en el pellejo de un necrófago o un súper mutante? Tal vez, podamos hacerlo en alguna de sus próximas entregas.