Ya sea el reciente Destiny, el no muy lejano Assassin’s Creed III, el tan criticado Castlevania: Lords of Shadow 2 o, cómo no, hasta el propio Diablo III, todos, han sido víctimas del hype. Ese fenómeno tan bastardo como subjetivo que, a través de políticas demagogas y tráilers poco honestos, elevan las expectativas de los compradores para luego destruirles el corazón. Sea el caso, o no, de los títulos anteriormente mencionados –criticados y alabados desde diferentes puntos de vista-, está claro que la comunidad, junto a los propios medios especializados, han albergado marcadamente distintas opiniones sobre ellos, siendo el hype uno de los principales motivos de tales divisiones.
Y es que, al igual que muchos otros fenómenos como la muy conocida sobrevaloración, el hype no es más que una valoración subjetiva de lo que un juego puede llegar a ser en base a las promesas de las empresas, las cuales pueden ser cumplidas o no, pero que a fin de cuentas siempre saldrá alguien decepcionado. El problema de ésto no es únicamente el hecho de que las compañías presten más atención y fondos a la publicidad del juego (aspecto que es totalmente malo, por supuesto), sino qué tanta importancia y fiabilidad le dan los jugadores a dichas prácticas. El hype puede ser tan real como, al mismo tiempo, ser tan sólo pajas mentales que cada quien se hace, quedar ciegos ante sus títulos más esperados y, a veces, sin siquiera requerir de algo para aumentar sus expectativas más allá del mero hecho de saber que ese juego saldrá. Esta clase de cosas puede acabar en que el título en cuestión no pueda soportar tantas expectativas o que el usuario no pueda distinguir los errores que presenta, por lo que bajo una u otra opción alguien en la ecuación acabará mal parado.
Las variantes son muchas, y termina siendo subjetivo a fin de cuentas porque cada persona puede tener mayor o menor hype respecto a un título, por lo que sus expectativas serán mejores o peores y podrá conseguirse tanto con una mala impresión como una grata sorpresa, respectivamente. Gracias a ello es que nos encontramos con su lado subjetivo, puesto que cada quien creará su propia ilusión entorno a un título sin importar qué tanta publicidad se le haya dado. Qué más claro ejemplo que Half-Life 3, juego que probablemente no ha salido, ni vaya a salir, por el mero hecho de que las expectativas se lo van a devorar vivo. Lo único que sabemos de él es que es precedido por uno de los juegos más amados de toda la historia de la industria, motivo por el cual es completamente inevitable que muchos vayan a salir decepcionados, lo que genera, creo yo, que Valve, aún sin pronunciarse al respecto, no quiera ni pensar en desarrollarlo por el miedo a todo el hype monumental creado en su entorno.
Y no hablo de la calidad pseudoreal que tenga cada título (ya que cada quien ve una entrega como la quiere ver), sino del problema que genera el hype. Está más que claro que muchas veces las propias empresas tienen la culpa de que su juego se vea triturado por todas las críticas por falsas promesas que no pudieron cumplir, pero el creérselas o no ya queda del lado del jugador. En ningún momento justifico ese tipo de prácticas, pienso que es completamente preferible que cada compañía sepa de qué es capaz y que, al mismo tiempo, haga saber a sus consumidores qué es lo que pueden hacer y qué es lo que no pueden hacer, pero no puedo dejar de pensar que el hype depende más del jugador que de los alegatos de las compañías, mucho más.
¿Podemos culpar a Diablo III de ser lo que es hoy en día? En ese específico caso, ¿influye su calidad como título individual o la sombra de Diablo II, la espera de 10 años y el hype descomunal generado a su alrededor es más importante a la hora de evaluarlo? En lo personal, considero al título de Blizzard como uno de mis favoritos, pero sólo porque no me hice una masturbación craneal esperando a que hubiese sido lo que fue Diablo II en su momento. No justifico el hecho de que claramente sea para un público más amplio, pero lo que quiero decir es que a mí me pareció un gran juego por el hecho de que no esperaba otro Diablo II, no esperaba un cambio de dirección en el género RPG, yo sólo esperaba una entrega que me divirtiese y me hiciese adicto a ella sin importar a la franquicia que pertenece, y eso a mí me benefició.
El problema surge con las promesas de las compañías, las cuales de una forma u otra justifican el cómo algunas personas terminan esperando un juego contando los segundos restantes. Cuesta decidir de quién es la culpa del hype ya que ambos lados de la industria aportan su parte para que se vuelva una masa indeterminada de opiniones distintas, ya que si no esperamos nada de ningún título nos volveremos más sumisos como compradores, pero al mismo tiempo encontraremos mejores experiencias a efectos personales gracias a la ausencia del hype. La cuestión es que, desde una perspectiva u otra, el hype afectará a alguno de esos dos lados. La idea es intentar ver esas promesas, reales o no, desde un punto de vista objetivo. Cuesta, por supuesto, pero a la hora de jugar ese título que tanto esperabas podrás comprobar por ti mismo si sus promesas fueron cumplidas y, paulatinamente, no dejar de lado el hecho de que el no haberle dado importancia a esos alegatos te permitirá una experiencia más placentera. Esto es decidir si prefieres jugar títulos que probablemente te gusten debido a tu falta de conocimiento respecto a lo que alegan las empresas o saber todo lo que han prometido para luego darte cuenta de que no lo cumplieron y verte en la total capacidad de mandarlos a la mierda; una te favorece a ti, la otra a la industria, pero no necesariamente debemos irnos por los extremos, para todo hay un punto medio, tan sólo debemos encontrarlo.
HodorCraft
Que seriamos del hype sin molyneux, sin la presentacion del killzone 2, sin lo que prometia kinect o lo que nos iba a cambiar la vida destiny. todo muy bonito en el papel y muy gracioso cuando comprobabas la realidad 😀 Así que gracias a todos los que lo alimentan porque hace que esto sea divertido xD
CelScipt
Lo que considero del hype. dañino y perjudicial para el jugador, sobre todo su bolsillo. Nos afecta a todos por igual, (in) directamente.
Popeert
El hype es junto con los dlc y la ausencia del modo campaña, el cancer de los videojuegos actuales.