Yuppie Psycho: Esencia de survival horror

Ya han pasado más de 23 años desde que Shinji Mikami acuñara el termino Survival Horror con su obra canónica Resident evil en 1996. Aunque ya habían hecho  una inmersión en el género los ya clásicos Alone in the Dark y Sweet home, estos no habían puesto nombre ha dicho género.

Un estilo que se caracterizaba en llevar al jugador al extremo de sus posibilidades, apretándole con un número limitado de ítems con los que sobrevivir y solo permitiéndole guardar la partida en determinados puntos. Accediendo de zona en zona al resolver enrevesados puzzles, con un arduo proceso de backtraking en unos espacios angostos custodiados por seres sobrenaturales o de ultratumba. Generando una angustia y un miedo al jugador, propio de las películas de terror de la época.

Han sido muchas las secuelas de la obra de Mikami y muchos más los videojuegos que han intentado destronar a Resident evil como rey de los Survival horror. Pero con el paso del tiempo lo que se ha producido, es una perdida de la esencia de este tipo de genero, que ha ido derivando más y más hacia la acción.  Dejando semihuerfanos a los amantes de este estilo de juegos, que de vez en cuando podían respirar una bocanada de buen survival horror en algún titulo independiente.

Es el caso de los títulos creados por la compañía española Baroque Decay. Una desarrolladora independiente, que con dos títulos como El Conde Lucanor y Yuppie Psycho han demostrado que este género no ha muerto y que si se quiere puede mantenerse vivo.

El primer día del resto de tu vida

En su segundo título Baroque Decay nos pone en la piel de Brian Pasternack, un joven de pueblo de clase G que acaba de completar los estudios básicos, y que llega a la capital con un carta de invitación para trabajar en una de las empresas más importantes del mundo, Sintracorp. ¿Porqué hago hincapié en que Brian es un joven de clase G? Porque en el mundo de Yuppie Psycho la sociedad está dividida en clases y castas, como si se tratara de un libro de Aldous Huxley. Y dependiendo de la clase a la que pertenezcas, vas a tener unas opciones laborales u otras, y  esto esta muy presente en la trama del juego. Infuyendo en el trato y comportamiento de los personajes con el jugador, incluso determinando en que puesto y planta trabajaremos en Sintracorp.

Brian llega con muchas inseguridades a la compañía, mismo duda de que la propia invitación sea una broma de mal gusto. Pero pronto descubirá que esas inseguridades son meras tonterías en comparación con el trabajo que va a tener que realizar en Sintracorp…MATAR A LA BRUJA. Una bruja que en su día llevo a la empresa al éxito y que en los últimos años la dirige a un fracaso absoluto, con todos sus trabajadores esclavizados y zombificados, que viven o mueren según sus designios. Empleados cuyo único objetivo en esta vida es prosperar en la empresa, aunque sea a costa de pisarle la cabeza al compañero de al lado. Convirtiendo a Yuppie Psycho en un satírica crítica de la sociedad laboral de nuestros días.

Kill the Witch

Brian se va a convertir en un cazador de brujas de un dia para otro. Un cazador sin armas que únicamente cuenta con su ingenio, y si me apuras, con unos lapices HB del numero 2 para abrirse paso a traves de los 10 pisos del edificio de Sintracorp. Enfrentándose a enemigos de lo mas inverosímil,

Si la tarea ya parece dura de por si, lo es más cuando no conoces la identidad de la propia bruja. Creando un ambiente laboral de desconfianza continua, debido a la falta de confianza en tus compañeros, al  desconocer cúal de ellos es un lacayo de la bruja, o si  son la propia bruja. Unos compañeros la mar de extravagantes y divertidos, cada cual mas loco que el anterior. Eso si, todos ellos creados con una personalidad propia y bien definida, y con unas lineas argumentales que provocarán mas de una carcajada.

Pero que no cunda el pánico porque no estamos solos, tendremos la ayuda de nuestra asistente virtual, Sintra. Una androide con la que contactaremos cada vez que accedamos a nuestro ordenador personal y que nos irá guiando y fijando los objetivos de nuestra aventura. Para poder cumplir el objetivo principal del juego, matar a la bruja.

Diversión y duración por partes iguales.

Narrativamente el juego es brillante, tanto que ha ganado el premio a la mejor narrativa en la pasada Gamelab. Desde el primer momento en el que tomamos posesión del cuerpo de Brian Pasternack, se nos hace dificilisimo abandonar su historia. Si no fuera por las 9 o 10 horas que lleva completar el juego, 11 si nos ponemos exquisitos recogiendo los coleccionables en formato VHS, nos hariamos el juego de una tacada, como pasaba con El Conde Lucanor. Pero este juego es más extenso que el anterior titulo de Baroque Decay, Y no se queda ahí: es más ambicioso en todos los aspectos, tanto en duración, como en gore, como en su capacidad de  absorber al jugador.

Jugabilidad

Puede que en el aspecto jugable del título encontremos alguna traba. El tener que acceder al inventario (que viene representado como el maletin que nos acompaña a todas partes), cada vez que queramos seleccionar un ítem y aplicarlo a algun objeto o enemigo en fracción de segundos, puede resultar algo engorroso. Una buena solución podría ser la de ir variando los items a golpe de boton o gatillo y reflejarlos en la pantalla como si los lleváramos equipados, tipo Manny Calavera en Grim Fandando,  aunque esto seguramente le restaría angustia al gameplay del juego. Una técnica que le venia al pelo a los Residents Evil de épocas pasadas, debido a  las limitaciones de las consolas en su tiempo, pero que ahora queda un poco desfasada.

Piensa bien lo que vas hacer en Yuppie Psycho

Por otra parte, la carencia de HUD en Yuppie Psycho durante su gameplay hace que la inmersión y la angustia sea mayor,  viéndose reflejado unicamente en la pantalla el personaje principal y su entorno. Un entorno que se va enturbiando y llenándose de sangre segun vayamos sufriendo mas daño, indicando que la cosa no va como debería ir. Aparte podremos comprobar el estatus de la vida del personaje en nuestro inventario/maletin, una barra de vida que puede ir rellenandose con alimentos o bebidas que vayamos encontrando en mesas, armarios, papeleras, etc. Incluso mezclando ingredientes podemos hacer alimentos y bebidas mas nutritivas que recuperen mas vitalidad, como si se tratase de las plantas verdes y rojas de Resident Evil.

Pero como en un buen Survival Horror estos items serán limitados, y habrá que andarse con ojo para no malgastarlos, de la misma manera que ocurre con los objetos necesarios para guardar la partida, que harán que uno se lo piense mas de una vez antes de guardar la partida.

Por lo demas el juego nos invita a ir descubriendo libremente las distintas plantas del edificio de Sintracorp, resolviendo puzzles para acceder a nuevas zonas y utilizando el sigilo para no ser detectados por monstruos sacados de las peores pesadillas de un oficinista. Monstruos extravagantes, que naturalmente podrían sorprendernos si camináramos por las calles más lúgubres de Silent Hill, como impresoras gigantes con manos utilizadas como patas, o administrativas con labios exageradamente grandes que te comen a besos… literalmente

Aspecto visual y sonoro

Gráficamente el juego es lo que es, un pixel art simple y resultón, que genera una angustia visual que le va como anillo al dedo a un survival horror 2D con vista cenital. Si bien el humor negro y el terror es el alma de la desarrolladora, este tipo de pixel art es el cuerpo. Un estilo gráfico fácilmente reconocible que hace que uno cuando lo vea diga “esto esta hecho por Baroque Decay, y aquí hay calidad.”

A este pixel art en el aspecto jugable, le acompaña otro más cuidado y refinado en las cinemáticas. Unas cinemáticas de corte anime japonés, que harán las delicias de cualquier Otaku, y que dotarán de alma y personalidad a unos personajes fuertemente elaborados a nivel narrativo.

A nivel sonoro el juego es extraordinario. La banda sonora a cargo de Michael “Garoad” VA-11 Hall-A, te sumerge tanto en el juego que hace que por momentos no sepas si estas escuchando la B.S.O. del juego o la propia música del edificio. A esto hay que sumarle los sonidos paranormales a lo largo del juego, con susurros y ruidos guturales, que te piden a gritos jugar al juego con unos buenos cascos y la luz apagada. Combinación perfecta que conseguirá ponerte los pelos de punta y notar esa presión en la nuca, tan propia de los peores momentos de tu infancia…y no tan infancia.

Este análisis se ha realizado gracias a un código facilitado por Baroque Decay.