Minimalismo en estado puro
De la mano de Piotr Iwanicki y su equipo, nos llegó en 2013 Superhot, un juego de navegador que hicieron durante el 7 Day FPS challenge de ese año. El prototipo llamó mucho la atención de la comunidad, llevando a la creación de un Kickstarter que superó su objetivo para fundar el proyecto. Y tras ello, acabó saliendo a la venta en febrero de 2016 para Windows, OS X y Linux y posteriormente para Xbox One y PlayStation 4.
EL TIEMPO AVANZA CUANDO TU AVANZAS
Lo primero que nos topamos al empezar con este singular FPS es que deja clara su premisa: el transcurso del tiempo solo será acorde con la realidad cuando nuestro personaje se esté moviendo, si este se encuentra estático, entraremos en tiempo bala, haciendo que en vez de orientarnos a la acción, pase a ser un juego de estrategia. Es decir, no busca que elimines a los enemigos lo más rápido posible, sino que prefiere que seamos metódicos, manteniendo la cabeza fría y analizando cada acción que tomemos para ir dando pasos hacia la victoria.
Su característica jugabilidad hace que tengamos que pensarnos nuestras acciones dos veces antes de disponernos a apretar el gatillo, ya que un solo acierto por parte del enemigo será suficiente para que tengamos que empezar de nuevo el nivel, con lo cual habrá que diseñar planes a corto plazo y revisar nuestro entorno constantemente en busca de peligros y oportunidades.
Este shooter opta por tener un pequeño pero variado arsenal para que cada artefacto se sienta como una herramienta con una función concreta. Sin embargo, mejor no cogerle cariño al arma que estemos empuñando puesto que cada una tiene munición limitada, quedando inservibles tras cierto número de usos. Esto genera una experiencia mucho más dinámica y frenética, haciendo que la situación de un disparo a otro cambie completamente el transcurso del tiroteo.
Cada fase consistirá en un pequeño desafío para nuestra mente. Un puzle que completar donde las piezas son adaptables a nuestro estilo; ¿prefieres quedarte a cubierto, esperando a que llegue el enemigo, o quizás eres más de saltar a la acción directamente? Sea cual sea, si llegamos a eliminar al último enemigo del nivel, nos encontraremos con una repetición a tiempo real de la jugada, al más puro estilo John Wick, que conseguirá que todos esos intentos fallidos hayan merecido la pena por ver esa escena perfectamente coordinada que incluso podemos publicar para presumir de nuestras habilidades.
La historia que nos llega a presentar es simple pero efectiva, y a pesar de parecer muy básica al principio, conforme vayamos avanzando en la aventura nos daremos cuenta de que no todo es lo que parece y que puede que haya algo más escondido en el mundo de Superhot. Es esa sensación de misterio la que nos invita a continuar jugando y la que acabará por conquistarnos para saber qué era lo que se escondía tras el archivo que nos dan al inicio del juego.
Respecto a su contenido, se nos ofrece hasta 30 niveles completamente diferentes entre sí, dotando al juego de una mayor profundidad. Por si la historia principal nos sabe a poco, tras ésta se nos obsequiara con un modo supervivencia y un modo de desafíos con pintorescos retos para añadir duración, pero por desgracia la campaña principal es muy poco rejugable más allá de conseguir las repeticiones más increíbles y mostrar nuestros dotes con las armas de la mejor manera posible.
NO POR SENCILLO ES MENOS ATRACTIVO
Si algo choca nada más iniciar Superhot, es como este está plagado de contrastes: El menú principal es un menú de comandos, completamente opuestos con los modelados en 3D de las pantallas. Y si hablamos de contrastes, lo que más destaca es el apartado artístico, el cual se basa en tres colores con tres significados diferentes: blanco para el entorno, negro para las armas y rojo para los enemigos, haciendo que con un simple vistazo al entorno nos baste para identificar perfectamente nuestras amenazas y recursos, además de crear una estética muy limpia y efectiva. Por supuesto, esto también ayuda a que no perdamos la concentración con escenarios demasiado recargados, consiguiendo un equilibrio perfecto entre detalle y saturación.
Una cualidad muy a destacar es su tasa de FPS completamente estables, algo que se antoja de vital importancia dado que cualquier fotograma perdido podría hacernos repetir de cero el progreso… algo que a ninguno nos gustaría sabiendo lo que cuesta completar cada nivel. En este sentido, el juego ha mimado la estabilidad de fotogramas para ofrecernos una experiencia sólida y trabajada.
En cuanto a sonido se refiere, aunque no contamos con una BSO propiamente dicha, los efectos de sonido están trabajados. No tenemos música de fondo con la idea de centrarnos puramente en el sonido de los disparos, los cuales tendremos que escuchar con atención para intuir de donde provienen. ¿Lo más satisfactorio de este apartado? escuchar el sonido del cristal al romperse tras el disparo o la ejecución de un enemigo.
Hablando de enemigos, la IA es de los aspectos más destacados del juego, pues no estamos combatiendo contra máquinas de matar, pero tampoco contra enemigos tontos. Si esquivamos las balas siempre en una dirección, la próxima vez que nos movamos sabrán perfectamente a donde apuntar, creando una constante necesidad de improvisar nuestros movimientos en vez de seguir un patrón establecido, con lo que cada nivel ganará un poco más de dificultad que el anterior.
Una vez comentados los puntos claves del juego, la gran pregunta: ¿Merece la pena SUPERHOT?, la respuesta es sencilla y rotunda: Si. Nos encontramos ante un titulo completo y gratificante en todos y cada uno de sus apartados, especialmente su propuesta, que nos mantendrá una buena cantidad de horas enfrente del monitor, pero por desgracia una vez exprimido el contenido, queda poca rejugabilidad, pero para ese momento lo más probable es que ya hayas estado satisfecho de sobras con la compra.