¿Divinos? No, personas

Idolatrar a directores creativos es más frecuente de lo que parece. En ocasiones no hacemos caso a las criticas, porque éstas nunca han sido escuchadas, hasta que algún día, llega lo inevitable: cometen un fracaso y esto lo llevan durante el resto de sus carreras, al menos en videojuegos. La opinión general, rara vez trata de inteligente a los propios seguidores o usuarios, ya que éstos se ven conformes con lo que ofrecen y se estancan en sus propias ideas, por eso también es frecuente que en sus trabajos, se vean detalles de anteriores videojuegos ya realizados y no suelen arriesgar demasiado, pero como predomina la oferta y demanda, nunca jamás seremos críticos realmente. ¿Estaremos ante un problema de criterios? Ustedes deciden.

El problema no reside en el criterio, si no en la valoración tan alta que existe. Muchas de estas veces, somos testigos cuando ciertos directores creativos son tildados de auténticos dioses, pero en estas ocasiones, no somos responsables de la opinión, ya que ésta viene fundamentada siempre sobre los trabajos realizados, es quizá por esta misma razón de que debemos preguntarnos: ¿Hacen todo bien?, nadie les resta mérito, de hecho muchos coincidimos que sus obras hablan por ellos mismos, sin embargo no se aceptan criticas, al menos aquellas que pueden ser argumentadas, ya que muchas veces, se reescribe lo que no se dice, total como el título de cierta película ochentera: ”No me chilles que no te veo”, porque recalcamos exclusivamente, aquellos trabajos tan dignos, tan mencionados, tan recordados y para muchos ”juegos de culto”, porque pertenecen al paradigma de la cumbre y nadie les va a mover de ahí.

Este ”romanticismo” es crucial para muchos, es más, aquellos que se criaron entre la quinta, sexta y séptima generación, son inamovibles ciertos argumentos en el que todos coinciden, pero claro, si miramos atrás, hemos cometido errores y no creo que de forma necesaria, porque a mi pesar, por mucho encanto que tengan, los ”creadores de mundos” no me creo que hagan todo bien, y mas que resaltar los posibles defectos, mi deber es tratar de ofrecer un foco de luz, sobre qué se persigue en ciertos creativos, qué les hace convertirse en semi-dioses, cuando en realidad son personas y como tal pueden equivocarse en sus trabajos, al fin a cabo, siendo una industria, donde suelen ingresar hasta la friolera de 600 empleados para realizar un videojuego y desde distintos campos.

¿Por qué no cuestionamos el liderazgo más a menudo?

El problema una vez más, es que el criterio no está basado en lo que hacen, si no en lo que han hecho y esta consecuencia, es donde se nubla cualquier tipo de critica fundamentada, sobre todo por los posibles errores, pero les perdonamos, esta forma de hacer publicidad, caricaturiza al propio creativo. Lo mas interesante resurge: cuando fracasan estrepitosamente, entonces da lo mismo su pasado y el presente queda ”fresco” de lo que haga en adelante. ¿No creen que es fascinante esta forma de pensamiento? Y lo mas interesante, es que muchos de ellos, son capaces de engañar a su propio público y creerse todos los posibles engaños, luego pasa lo que pasa, una decepción tras otra, pero esto únicamente lo valoramos, en caso de disgusto, hasta entonces, cualquier ”chapuza” implantada, no será criticada.

Este comentario no lo haría, porque vivimos un momento en que los directores creativos se les permite absolutamente de todo, tienen puerta libre en hacer con nosotros lo que venga en gana. Y no lo vean desde una postura de ”censura”, no censuro su trabajo en ningún momento, pero no son pocas las ocasiones donde nos venden cualquier cosa y nosotros aceptamos como buenos cristianos, porque hasta que no llega a dolernos, nosotros daremos nuestro apoyo incondicional y les seguiremos hasta el fin de los tiempos, pero supongo que es inevitable, llevarme criticas.

¿Dirían que en la actualidad todos los grandes directores creativos son realmente tan buenos con nosotros?

Debemos partir desde un punto intermedio, valorar la buena critica, tener fundamentos bien construidos, para hacer un comentario sobre lo que pasa. Sobrevalorar conlleva duras consecuencias que actualmente estamos pagando y seguiremos en el futuro. Ya que las tendencias marcadas, es de hacer en ellos una imagen, una forma de hacer publicidad de sus trabajos y quizá no todos deben tener tantos privilegios, es un gran trabajo a sus espaldas, son los referentes y con muchos hemos crecido a su lado, gracias a sus videojuegos. Sin embargo a la hora de criticar, seguimos poniendo escaleras, siendo sumisos a que nos hagan, con esto no quiero decir que sean malas personas o viceversa, no tiene nada que ver, es hacer un balance donde veamos sus buenos o malos trabajos, tragar con estos hasta sus últimas consecuencias y valorar qué hemos hecho nosotros mal, ya no sólo como consumidores, si no qué líneas nos hacen creer que cruzamos y dónde terminamos.

La séptima generación ha sido un punto de inflexión y pese a todo aquí estamos, viendo a leyendas crecer y quizá sea hora de preguntarnos dónde esta el límite de los productos que nos ponen a la venta, qué criterios infunden sobre los usuarios y si los videojuegos que nos llegan, son realmente una ”gran revelación”. Son personas, no dioses, por eso se pueden equivocar y nosotros beneficiarnos de la duda, al menos merecemos hacernos preguntas sobre ellos y cómo lo llevamos nosotros con las consecuencias. No es difícil de entender, pero lleva su tiempo, son mortales, y su posible divinidad sea una enmascarada de sus estrategias comerciales. El plato está servido, hagámonos más preguntas y cuestionemos más sus métodos, sólo así seremos exigentes de la verdad.