Primeras impresiones sobre nuestros inicios en la lucha (de nuevo) contra los demonios.
Un mes de Legión. Un mes con muchas horas jugadas, muchas conversaciones en TS o Discord. Un mes de reencuentros con tus viejos amigos de grandes batallas, todas ellas ganadas (o no 😉 ). Es hora de echar la vista atrás y ver que resultados nos ha dado este primer mes. Las siguientes lineas componen mi visión después de muchas horas dedicadas en este primer periodo. Me presento ante vosotros, soy Borash, GM de Tactical Reload en Zul’Jin Horda.
Ya habíamos pasado los cómics interactivos, los relatos cortos y los podcasts que nos introducían a la última expansión de World Of Warcraft – Legion. Entonces, guiados por Kadghar, nos disponíamos a ir a las Islas Abruptas a combatir a la horda de demonios que intentan invadir Azeroth. En esta expansión Blizzard más que nunca se la juega, necesita crear en el jugador la sensación de “esta vez si”, de que “esta vez os hemos escuchado” y parecía que en el parche pre-expansión realmente lo había conseguido … o no.
Llegamos de nuevo a Dalaran, que teletransportada por el Kirin Tor al cielo de las Islas Abruptas, nos pone en disposición de conocer estas nuevas tierras. Pero lo primero no es eso. Nada más entrar te salta una misión sobre tu clase. ¿Qué podrá ser? Eso es lo primero que se puede preguntar un novato en estas lides. En Legión cada uno de nosotros blandirá un gran arma, una Arma Legendaria. Yo, como chaman, voy a ayudar a Thrall. ¿Qué pasara con el Martillo Maldito? eso os lo dejo para que lo descubráis. Pero no solo de armas se componen nuestros primeros pasos. También tendremos una gran base para cada uno así como un hogar que se pone a nuestro disposición. Hemos descubierto nuestra Sede de Clase. A través de ella, apoyándonos en nuestro gran artefacto, ahora si, ¡Nos dirigimos a las Islas Abruptas!
Podemos ir por la zona que queramos. Cada una de las zonas te va a contar una historia. Una historia que te va a hacer sentir. Tristeza, ira, ganas de venganza. Iremos haciendo nuevos aliados que nos ayudarán en nuestra guerra infinita contra la Legión. Pero ésta también tiene sus propios medios. Cada paso que damos es peligroso. Y de repente tenemos mas misiones en la sede de clase. La historia cada vez es mas profunda. ¿Es realmente lo que vemos a lo que nos tenemos que enfrentar?
Seguimos subiendo nuestra Arma Artefacto y le vamos dando poder. Cada vez que lo utilizamos sentimos que tenemos en nuestras manos una gran responsabilidad. Tenemos que ser dignos, cada uno de nosotros, del arma que nuestros aliados han puesto en nuestras manos. Y así seremos nosotros mismos el inicio del fin de la Legión. Si una cosa sabe hacer bien Blizzard es hacerte sentir el centro de su universo. Son únicos en esto.
Las mazmorras son muy diversas, quizás cuentan con demasiados pulls. Seguramente están diseñadas para las Míticas+ (Pero hoy no es el día de hablar sobre ellas). Gran acierto en el diseño del MatchMaking. En una mazmorra puedes estar tu, recién nivel 101, con un usuario que lleva un tanque nivel 110 y con un heal 108 y la mazmorra se adaptará a vuestro nivel.
Y tras muchos días, horas jugadas con tus amigos, conocimiento de lo que acontece y, sobre todo, mucha diversión, llegamos a nivel 110. Pero todavía nos quedan muchas cosas por hacer… Se abren ante nosotros otros nuevos desafíos. ¿Todo lo que acabamos de vivir solo es el comienzo? ¿Es la Legión realmente nuestro enemigo más peligroso? ¿Quien se mueve en las sombras y teje estos hilos que nos orienta a hacer algo que parece que ya está predestinado? Aún queda mucho por vivir. World of Warcraft – Legión – sólo acaba de empezar.
¡¡¡ Por Azeroth !!!
@J0HNyRISu – Octubre 2016