De siempre es sabido que Sony, como empresa de cara al contacto y la atención con el consumidor, ha dejado mucho que desear con el paso de las generaciones, al menos en lo que respecta al ámbito consolero. En los últimos meses, PlayStation Network, al igual que Xbox Live, ha sufrido unos importantes hackeos provocando la caída de los servidores durante prácticamente casi todas las navidades. Pero la historia va más allá. La cuenta de un usuario de PS4 fue hackeada personalmente, realizando compras en su nombre por la store que alcanzan los 600 dólares, algo de lo que, como es lógico, el usuario en cuestión se quejó de manera inmediata a Sony. Sin embargo, la compañía sólo le devolverá 150 dólares, que es la cantidad máxima de devolución impuesta por Sony. Según las condiciones de la compañía, intentar disputar estos cargos tienen como castigo la suspensión de la cuenta y, como tal, se pierden las licencias de los juegos así como el resto de datos como los trofeos y la lista de amigos. Además, el supuesto atacante desactivó la cuenta de PSN de la PS4 de dicho usuario y la vinculó a otro sistema situado en una ubicación desconocida, operación que sólo se puede hacer una vez cada seis meses, por lo que el usuario tiene secuestrada su cuenta hasta que pase como mínimo medio año.
A raíz de estos hechos se pone en evidencia el servicio de atención al cliente de Sony, algo que, desgraciadamente, parece ser ya habitual, pues a otro usuario le pasó semejante pero por valor de 570 dólares, quien le reclamó dicha cantidad a Sony y ésta, sin motivo aparente, le cerró la cuenta de usuario.