Guard Duty es capaz de transportarnos del medievo, a un futuro tecnológico distópico
Así es, os traemos un análisis de otro de los títulos de la atrevida desarrolladora Ratalaika Games. Anteriormente analizamos Just Ignored them, y hoy os traemos Guard Duty jugado en PS4. No es casualidad que estos dos títulos tengan tanto en común, ya que comparten uno de los modos soperandi específico de la desarrolladora. La realidad es que Ratalaika tiene un notable dominio del Point and Click, dotándolos de realidad a través de un pixel-art en 2D cuidado y controlado; con un guion que siempre aporta comicidad a sus títulos.
De cabras a demonios
Hablando más específicamente de Guard Duty, nos cuenta una historia entretenida de aventuras que de entrada parece interesante, y capaz de mantenernos intrigados en gran parte del título. La trama se divide en tres actos, empezando por el final de la historia, en un futuro tecnológico distópico gobernado por demonios donde nuestro planeta se destruye. Todo va cobrando sentido remontándose al comienzo; a la época medieval.
Cómo ya es habitual en muchas de las tramas de películas y videojuegos, la magia negra tiene un papel importante. Para detenerla, nosotros nos pondremos en las botas de Tondbert, pero para ello antes tendrá que encontrarlas, por que a pesar de ser un caballero del castillo, es un personaje de lo más despistado y poco avispado. Poco a poco iremos revelando los acontecimientos que nos llevarán a la situación del comienzo del título, pasando por rescatar a una princesa, matando un par de monstruos, y por rebelarnos ante la sociedad gobernada por los demonios en ese alejado futuro.
¿impedimentos? ¿Qué es eso?
Aún siendo así nuestro personaje, el título pondrá a prueba nuestro ingenio y creatividad para resolver los problemas que se nos plantean. Guard Duty nos enseña que no tenemos que tener pudor a intentar todo lo que se nos ocurra para desatascar el rumbo de la historia. Pondrá a prueba nuestras aptitudes, a la vez que nos hará recorrer cada escenario del mapa múltiples veces, haciendo que en ocasiones se haga repetitivo; sobre todo en la segunda parte del primer acto.
Guard Duty consigue llevarnos desde un pasado remoto a un futuro lejano, de los bosques a picos nevados, de tabernas a cuevas; y todo ello lo hace desde lo inesperado, lo absurdo. Lo cual favorece a la comicidad del título.
Cabe destacar que el notable trabajo sobre de pixel-art, logra hacernos sentir perdidos en un mundo de fantasía medieval. Consigue envolvernos en los movimientos de los árboles y las plantas con el viento, y el desplazamiento de las mariposas por la pantalla. A ello se suma el meticuloso trabajo de iluminación, dando luz a píxeles concretos de plantas, setas y animales, sintiéndonos inmersos en un cuento de hadas, o en un futuro caótico de maldad.
El título consigue ofrecernos todos los elementos necesarios para una buena aventura, llegando incluso, a enfrentarnos contra monstruos. Según pasa el juego, nos vamos sorprendiendo de que de una forma u otra, nuestro personaje va consiguiendo superar todos los retos. Es admirable que a través del point and click en 2D, consigan hacernos vivir estos enfrentamientos, y sentir estos lugares.
La atmósfera de Guard Duty, no solo se sustenta sobre las mecánicas y el aspecto visual, también dispone de unos elementos sonoros a destacar. Si bien es cierto que la banda sonora no es excelente, y la que más recordaremos al acabar el título es la que sigue a nuestro personaje Tondber por su pueblo medieval, hay que destacar su cuidado por los sonidos ambientes. Éstos, serán capaces de acabar de sumergirnos en todos aquellos escenarios por los que pasemos, y ayudarnos en algunas misiones concretas a encontrar las soluciones. Con ayuda de una banda sonora no demasiado memorable, los sonidos ambiente nos ayudan a establecer claramente las dos partes del juego. El pasado y el futuro.
Conclusión
Para ir acabando, diré que Guard Duty dentro de estos buenos aspectos que señalo a lo largo del análisis, también dispone de elementos no del todo funcionales. Personalmente me gusta que los personajes no se tomen en serio así mismos ni algunas situaciones, incluso en ocasiones se burlan del propio guion, pero la realidad es que la trama no nos cuenta nada nuevo, ni nos hace sentirla como nueva. Exceptuando el principio de la historia y algún que otro momento llegando al final, ya sabemos que acontecerá más adelante. Aunque he de decir que me sorprende gratamente el carácter pesimismo que tiene Ratalaika Games en sus juegos, ofreciendo matices de realidad.
Guard Duty es un juego que en ocasiones entretiene, y siempre te atrapa, pero otras tantas veces consigue aburrirte, a la vez que se ríe en tu cara mientras te señala con el dedo. Me gusta ese carácter propio que tiene, pero no el aburrimiento que puede ocasionar.