Un mapachevania con mucho que decir
Cuantas veces hemos dicho o escuchado decir que los juegos para móviles no se pueden considerar videojuegos. Que son un saca dinero que solo está pensado para recaudar. Los integrantes de Undercoders dan un buen puñetazo en la mesa para decir basta, para reclamar videojuegos hechos con mimo pensados para el disfrute de los usuarios que vayan a echarle el guante. De esta manera el estudio lanza una crítica directa a todas aquellas empresas que se dedican solo a exprimir a los usuarios con políticas abusivas. Eso es SuperEpic, una reivindicación a lo retro, a lo que teníamos hace 20 años.
El juego nos ubica en un mundo distópico, donde la gran empresa RegnantCorp (unos cerdos) se ha hecho con el control absoluto del desarrollo de aplicaciones y videojuegos. Aquí es cuando nuestros héroes, un mapache junto su llama, se proponen detener el crecimiento de la compañía y recuperar el buen estado de su hobby favorito. Para ello nos enfrentaremos a diferentes jefes que custodian los departamentos que componen RegnantCorp, todos ellos con su toque de humor y sus referencias/homenajes bien claros. Pero sin dejar de realizar una crítica directa a un sector de la actual industria.
El juego nos soltará dentro de las instalaciones, donde deberemos avanzar haciendo uso de tres tipos de ataque, uno débil, uno moderado y otro fuerte. Estos nos servirán también para realizar combos y desplazar a los enemigos por los aires a nuestro antojo, haciéndose muy gratificante finalizar una consecución con el golpe más fuerte estampándolos en el suelo. A esto deberemos sumarle diferentes habilidades de ataque que podremos ir encadenando para subir el marcador de combo. Pese a todo, nos ha resultado un combate muy simple sin nada nuevo que aportar. Los bosses hemos podido rushearlos machacando botones y haciendo alguna que otra esquiva random.
No podían faltar los objetos clave desperdigados por el mapa que hace que podamos acceder a nuevas áreas. Tendremos desde el típico doble salto hasta bombas para abrir caminos. Lo que si que hemos notado es que están poco aprovechados, demasiada variedad para tan pocos caminos que requieren dichas habilidades. También echamos en falta habitaciones secretas con alguna recompensa suculenta. Algo que siempre le da mucha vida a cualquier metroidvania. No podemos olvidar los diferentes NPCs que nos encontraremos durante nuestro paseo, algunos de ellos servirán para comprar armas, otros para subir el nivel de estas o incluso para comprar habilidades especiales.
Uno de los puntos más interesantes del título, es la implementación de los códigos QR. Distribuidas por diferentes salas, encontraremos una puerta cerrada, un teclado numérico y un código QR. Tendremos que hacer uso de nuestro móvil para poder abrirlo, brindándonos la posibilidad de jugar videojuegos desarrollados por RegnantCorp. Estos juegos son muy simples y no suponen un reto en absoluto, algo que se justifica con el argumento del juego. Desde aquí, nos parece una idea brillante como hace partícipe al jugador de todo lo que está sucediendo. Algo que hemos encontrado con margen de mejora, es que en ciertas máquinas te dan recompensa. Estas las perderás si le das a la opción de “atrás” sin querer en el móvil (algo fácil si estás maniobrando entre consola y móvil constantemente). Una opción para volver a ver los códigos usados hubiese sido un acierto.
A nivel gráfico no es un portento, pero cumple. Destacar las animaciones de algunos enemigos. Las pantallas de carga, pese a ser horrendas e insufribles, son un ataque al corazón de la gente que ronde los 30 años. Dando un ataque de nostalgia hasta gratificante. Lo que no nos ha gustado tanto son los menus del juego, parecen hechos a prisa y sin ganas.
La banda sonora sin ser destacable, sabe acompañar. No guardaremos en nuestra mente ninguna de sus pistas, pero casan muy bien con la acción y el tono humorístico del juego.
